Dentro de las muchas actividades que se llevan a cabo en el Club Rotario Nueva Rosita Centenario A.C. está la de intercambio de jóvenes con otros países en el mundo. En este año rotario tenemos en este programa a dos jóvenes, uno que se encuentra en Brasil, y una joven que está en Tailandia, y aquí en Nueva Rosita, actualmente se encuentra una joven proveniente  de Brasil. El intercambio tiene una duración aproximada de diez meses, y el objetivo es que los jóvenes enriquezcan su cultura, su conocimiento de otros países, otras idiosincrasias, otros idiomas, asimismo que adquieran más madurez, lo que les ayudará mucho en su desarrollo personal.

Dentro de las responsabilidades que tienen se encuentra la de enviar mensualmente al club un reporte de las actividades que realizan. Sabemos que en estos tiempos es difícil encontrar entre los jóvenes el gusto por la lectura, y más difícil todavía el gusto por la escritura, es por eso que consideramos en esta ocasión que es importante compartir el reporte de una de las intercambistas;  Ángela Polá,  ya que con su manera de escribir nos ha transmitido  aspectos muy sentidos de lo que ella está viviendo en Tailandia, esperando que para el lector sean amenos e interesantes como la han sido para nosotros.

Im1Ángela Polá inicia su reporte citando, “Creo que mi intercambio no comenzó el día que llegué a Tailandia, sino más bien el día que dejé mi ciudad para tomar camino hacia un aeropuerto”.

Fue un jueves 4 de agosto y recuerdo no haber dormido más que dos horas la noche antes de que junto con mi familia viajara a Houston, Texas, un día antes de mi vuelo.

La verdad es que no me sentía nerviosa y la parte más difícil hasta ese momento había sido despedirme de mis tres perritos, porque la verdad ellos son toda mi adoración. Por eso me aseguré de tomarme una fotografía con cada uno de ellos, puesto que así al volver podría comparar cuánto habían crecido en el tiempo que estuve lejos.

Al día siguiente – 5 de agosto – salimos hacia el aeropuerto cerca de las 6 a.m. y ya ahí me encontré con otra intercambista de mi distrito que tomaría el mismo vuelo que yo. Sentía como si todo estuviera pasando demasiado rápido… Y tengo que admitir que a pesar de no haber sentido ni un poco de nerviosismo en ningún momento, fue personalmente muy difícil despedirme de mis padres pues siempre he sido muy apegada a ellos y aunque hasta cierto punto – y con la voluntad de Dios – tengo la certeza de que volveré a verlos dentro de 11 meses, el hecho de haberlos abrazado y poder escuchar en su voz lo difícil que de igual manera estaba siendo para ellos despedise temporalmente de mi, no ayudó mucho al hecho de que estaba luchando con todas mis fuerzas por no llorar.

No era precisamente que no sintiera deseos de llorar o que no me doliera saber que de cierta manera estaba dejando atrás a mi familia, sino porque debía ser capaz de desmotrarle a mis padres desde el comienzo que era lo suficientemente fuerte y valiente como para enfrentarme a una nueva vida, completamente desconocida, con personas que hasta cierto 14183842_1199946870071598_6234042939011653672_npunto no sabía quienes eran, en un país que estaba literalmente al otro lado del mundo comparandolo con México y sin siquiera conocer su idioma…

La verdad es que me equivoqué al pensar que esperar aproximadamente 10 meses para empezar mi intercambio fue largo… Porque si hubo un momento realmente largo en mi vida fue ese: cuando me despedí de mis padres y esperé para abordar el avión que me llevaría al otro lado del mundo.

Cerca de la 1 de la mañana el 7 de agosto me encontraba al fin esperando el vuelo hacia mi ciudad  y estaba luchando para no dormirme… Pero tanta fue mi suerte (gracias al blazer de Rotary), terminé hablándole sobre Rotary y el programa de intercambio a un muchacho de procedencia hindú.

Posteriormente, un muchacho de algunos 20 años se sentó a mi lado. No mencionó su nombre, pero si que era proveniente de Polonia y que desea conocer México, pues ha viajado por distintas partes del mundo… Así que aprovechó mi presencia para aclarar algunas de sus dudas sobre el país, como la de que no todos los mexicanos vamos a Estados Unidos de “mojados”, sino que actualmente conseguimos una visa que nos permite acceder a ese país.

Platicamos bastante e incluso me regaló un pequeño dije de rana (que dijo se suponía debía darme buena suerte), además de un billete de la India. Yo le regalé uno de mis pines de México y una moneda de 10 pesos a cambio…

“No hables con extraños”, recordé que me dijeron muchos miembros de mi familia y unos cuantos amigos, pero ahora me pregunto: ¿cómo se supone que haga amigos en un país desconocido, si no hablo con extraños?

En la fila de documentación, también me encontré con una familia de ecuatorianos que estaban de vacaciones y se dirigían hacia Cambodia… Creo que en ese momento pensé “esta es la última vez que hablarás español en los próximos 11 meses”, pero después de haber hablado con tantas personas durante la espera de mi vuelo, 5 horas parecieron solo 2.

Recuerdo haber estado realmente preocupada por haber tenido que pagar sobrepeso en mis maletas, pero resultó ser que como en el mes de agosto es el cumpleaños de la reina, las mujeres tienen trato especial en la aerolinea (de haber sabido eso antes, ponía todo lo que realmente me quería llevar en mi maleta).

Llegué a mi ciudad (Lampang, Tailandia) el domingo 7 de agosto después de aproximadamente 30 horas de viaje y en ese momento, observando el avión aterrizar, lo único que pude pensar fue “¿qué está haciendo una niña de 16 años, sola, al otro lado del
mundo, en un país del que ni siquiera conoce el idioma?” Comenzaba a preguntarme si ese tiempo no era perdido al no poder estar con mis padres… Y aunque tenía una tremenda necesidad de llorar, no pude hacerlo: había un gran número de personas esperando por mi. Mis familias, mi consejera y otros miembros del club, todos me regalaron flores, comida, lIm12levaban una manta… Era realmente imposible llorar en ese momento. La felicidad es realmente contagiosa.

Tengo que admitir que incluso después de haber descansado, no me sentía lo suficientemente capaz, ni emocionalmente fuerte. Cada vez que estaba despierta sentía unas ganas inmensas de llorar y tenía la sensación de que no encajaba en ese lugar, pero sabía – o al menos esperaba – que todos esos sentimientos fueran temporales, porque tenía que ser fuerte y creer en mi misma… Vivir mi intercambio con la mejor actitud, pues esa sería la única manera en la que no decepcionaría a nadie, ni a mi misma.

¿Sabías que a los Tailandeses les parece irrespetuoso cruzar una de tus piernas cuando te sientas?  No usan zapatos dentro de la casa, ni en un templo, ni en algunos salones de clases o la librería e incluso en algunos baños públicos te piden que te quites los zapatos y te pongas unas sandalias de plástico que te ofrecen. Si algo me pareció irónico fue que ciertos aspectos de la cultura mexicana los consideran irrespetuosos, pero yo considero algunas de sus costumbres de igual manera irrespetuosa, como el hecho de que cuando alguien estornuda nadie dice nada, las cosas no se piden por favor (pero siempre se dice gracias) o cómo siempre tiene que ser el de menor edad quien salude primero, incluso si la persona adulta es la que está entrando a la habitación.

El día de la madre es el día del cumpleaños de la reina y de preferencia debes utilizar alguna prenda color celeste. Así mismo, el día del padre es el día del cumpleaños del rey y es bien visto que utilices alguna prenda amarilla… Pero no es nada como México: no se hace nada especial y ni siquiera tienes que pasar el día con ellos… Siento que es algo triste, porque podría ser un día para dedicar a tan importantes miembros de tu familia, pero en fin, así es esta cultura.

Im9También tenemos la idea de es de mala educación dejar comida en un plato… Y la verdad es que no sé si es porque soy intercambista, pero siempre me han dicho que solo me pedían probar las cosas y si no me gustaba, podía dejarlo y es que al principio fue difícil comer… Pero no por el hecho de que no me gustara la comida o me enfermara, sino porque solo comen con cuchara y tenedor (la cuchara se utiliza también como cuchillo y se llena con comida utilizando el tenedor). Y no, no comen en las manos ni en el piso: hay cubiertos, hay comedores… Creo que realmente tenemos una idea equivocada sobre otras culturas y la única manera de saber la verdad no es buscando en internet, sino experimentando.

Si hay otra cosa que me sorprende sobre Tailandia, es la devoción que le tienen a sus reyes. Sé que no debería hablar sobre la situación de gobierno sobre un país que no me corresponde, pero simplemente es increíble cómo no solo respetan a los reyes, sino que realmente los creen puros e incorruptibles.

En las calles, templos e incluso algunas casas puedes encontrar en la entrada la bandera del país, una bandera amarilla – para el rey – y una azul – para la reina –. Si tu le preguntas a un nativo (aunque recomiendan no hacerlo) sobre su gobierno, te habla maravillas de eso, sobre ofrendas que le hacen a los reyes y te das cuenta cuán grande es su fé por ellos para la prosperidad del país. Es casi como si los vieran como Dioses…

Creo que mis primeros días fueron los de mayor provecho, pues durante ese tiempo visité 13892176_1185270098205942_4507332474944068864_nvarios templos, conocí un poco sobre la religión Budista, fui a estanques de peces, miradores, reservas naturales, mercados, formé parte de ceremonias para la prosperidad, conocí algunos centros comerciales de mi ciudad… y lo más importante: Fui al Centro de Conservación de Elefantes Tailandés y cumplí mi sueño de montar un elefante.

También he tenido la oportunidad de romper algunos mitos sobre mi país, como que los mexicanos somos borrachos, nos encanta la fiesta, somos irrespetuosos con nuestros padres o que nuestro idioma nativo es el Inglés (debo admitir que la mayoría de estos mitos me ha sorprendido bastante). Pero también he logrado aprender muchísimas cosas sobre la forma de ser de los tailandeses, porque a pesar de que ellos se consideran como la cultura más repetuosa del mundo, me pasó algo realmente desagradable: resulta que estoy con un grupo de amigos en la escuela y me preguntan sobre México. Comienzo a platicarles sobre la comida, el clima, los lugares más importantes, cómo son las personas, nuestras fiestas patrias, nuestra música… Y termino diciéndoles “México es un país realmente hermoso”. La verdad, si a mi me hubieran dicho eso sobre cualquier país, hubiera contestado algo así como “Seguro que si es hermoso” o mínimo, si pensara diferente, me quedaría callada… Pero tanto a los alumnos como a unos maestros que se encontraban en el salón, les pareció una broma la hermosura de mi país porque (según ellos) Tailandia es más hermoso, y literalmente se rieron en mi cara.

Es decir, obviamente cada uno de nosotros cree que su país nativo es el más hermoso, y Im4está bien, no tiene nada de malo… Pero eso no nos da ningún derecho a burlarnos sobre la nación de otra persona, incluso si no estamos de acuerdo con lo que esa persona está diciendo… Y es que realmente me sorprendió que actuaran de manera tan irrespetuosa frente a mi, siendo que desde que llegué han insinuado que los mexicanos somos irrespetuosos con nuestra gente, con nuestros mayores y símbolos patrios: Señores, ese día descubrí que los mexicanos somos mucho más respetuosos de lo que otros países e incluso los propios mexicanos pensamos.

Fuera de eso la escuela ha sido bastante interesante puesto a que por el idioma, solo estoy tomando clases solo manuales y nada teóricas como cocina internacional y tailandesa, repostería, tallado de frutas, elaboración de arreglos flores y elaboración de velas.

Solo he ido 1 semana y media a la escuela, así que no he visto mucho. Además, no estaré tomando ninguna clase a fondo hasta Octubre, que incie el próximo semestre, pero lo que si, es que me sorprende la buena actidud, paciencia y amabilidad de muchos de los alumnos del plantel.

Muchos de ellos intentan hablar conmigo y enseñarme tailandés, incluso cuando no saben hablar inglés y creo que es bastante lindo de su parte. Porque si hay otra cosa que he descubierto al venir a tailandia es que si te dicen que hablan inglés tienes solo dos opciones: o hablan inglés-tailandés o solo saben algunas palabras básicas como “hola”, “¿cómo estás?”, “estoy bien”, “siéntate”, “vamos” y “gracias”. Además, cuando conoces a una persona que realmente habla inglés, es muy difícil lograr entenderlo porque su acento es demasiado distinto al que nosotros usamos en el idioma y tienen que repetirte algunas cinco veces la misma oración o palabra para que puedas entenderla.

La relación con mi familia ha sido bastante buena. Intentan sacarme de casa todos los días o al menos no me dejan encerrada en mi habitación, porque están realmente preocupados porque me pueda sentir triste por extrañar a mi familai en México, y es decir, si los extraño, todos los días pienso en ellos y a veces deseo que pudieran estar a mi lado… Pero es algo normal y nada de que preocuparse.

Mi mamá ha intentado enseñarme algo de cocina tailandesa, junto con una vecina. Como un día que me pidieron ayudarles a elaborar “Kanhomsodsai”, que es un postre elaborado con harina de arroz y dulce de coco envuelto en hoja de plátano.

De igual manera, mi papá, al enterarse de que me gusta cantar, descargó aproximadamente unas 100 canciones en inglés a su karaoke para que yo pueda utilizarlo junto con ellos.

Mi hermana Palm está de intercambio actualmente en Torreón, Coahuila. Y llama casi todos los fines de semana para platicar con nosotros… Recuerdo muy bien una vez que no podíamos parar de reír porque nos contó que fue al baño que se encuentra en su habitación, cerró la puerta y al querer salir se percató de que tenía seguro… Y como no podía salir, tuvo que llamar a su mamá anfitriona para que le abriera la puerta del baño. Mala suerte que en 14183692_1199944963405122_6037270980307232036_nese momento no recordé que existe algo muy bien conocido como “karma”: Algunos días después de que eso le pasara a Palm, mi mamá y yo fuimos a un sauna y al salir, ella se vistió primero, cerró la puerta y me dejó sola para que me cambiara y así lo hice. Pero resultó ser que cuando quise abrir la puerta… Estaba cerrada. No pude evitar pensar en lo que le había pasado a mi hermana en días anteriores y a reír muchísimo. Ella encerrada en un baño y yo encerrada en un sauna, pero al menos mi mamá se dio cuenta y regresó a abrirme la puerta.

En cuanto a las actividades con Rotary, me uniré al Club Rotaract de mi escuela, he ido a varias juntas, donde en ambas ocasiones hemos celebrado el cumpleaños de alguno de los miembros. La única otra actividad que se ha hecho mediante el Club fue la el día de orientación, donde nos juntaron con el Club Rotario de una ciudad cercana a Lampang, pues en total seríamos solo cinco intercambistas de Alemania, Alaska, Francia, Bélgica y yo de México.

Tengo que admitir que este primer mes de intercambio ha sido muchísimo mejor de lo que yo esperaba, la comida no es tan extraña o distinta como creía, he hecho más amigos de los que pensé que podía tener en mi vida y conocido más cosas de las que pensé que se podían aprender en un mes. Aunque el idioma es bastante complicado y estoy presentando algo de problemas aprendiéndolo, intento mantenerme positiva y seguir intentando.

Este es solo el comienzo del futuro mejor año de mi vida y no puedo esperar por descubrir qué traen consigo los siguientes meses en Tailandia…

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