philaeLA NACION.- El pequeño robot europeo Philae, que despertó este fin de semana tras siete meses de letargo posado sobre el cometa Churyumov, retomará poco a poco su actividad cientí­fica conforme su anfitrión se acerque al Sol, escoltado por la sonda Rosetta.

Se espera que el trí­o logre grandes avances en el conocimiento de los cometas. El objetivo de la misión de la Agencia Espacial Europea (ESA) es comprender mejor la evolución del sistema solar desde su nacimiento, ya que los cometas son considerados como vestigios de la materia primitiva.

“Pero por el momento, tratamos de mejorar la comunicación con Philae, todaví­a no pensamos demasiado en la ciencia”, reconoció el lunes a la AFP Philippe Gaudon, jefe del proyecto Rosetta al CNES, la agencia espacial francesa, basada en Toulouse.

Dotado de diez instrumentos, este robot-laboratorio, que logró una primicia histórica el pasado 12 de noviembre al aterrizar en el núcleo de un cometa, trabajó durante 60 horas antes de dormirse por la insuficiencia de luz, necesaria para recargar las baterí­as solares que le permiten funcionar.

Desde entonces no habí­a dado señales de vida, hasta que el sábado por la noche logró contactar durante dos minutos con Rosetta. La noche siguiente, contactó de nuevo con la sonda, esta vez durante el doble de tiempo, entre las 21H22 GMT y las 21H26 GMT, precisó Gaudon.

“Esta vez, Philae nos envió menos datos pero más recientes”, indicó el responsable de la misión Rosetta.

El cometa gira sobre sí­ mismo cada 12 horas y 40 minutos, lo que en teorí­a deberí­a permitir al robot comunicarse dos veces por dí­a terrestre. Aunque también depende de la posición de la sonda, ya que es esta la que recupera las señales de Philae para transmitirlas a la Tierra.

“No recibimos los datos de forma regular ni en gran cantidad, probablemente porque Philae está lejos de Rosetta”, señaló a la AFP Mark McCaughrean, consejero cientí­fico de la ESA.

Cambiar el plan de vuelo

La sonda, que lanzó el módulo sobre el cometa 67P/Churyoumov-Guerasimenko tras diez años de viaje por el espacio, se encuentra actualmente a unos 180 kilómetros de él.

Rosetta se mantiene a una distancia prudencial, ya que el cometa despide cada vez más gas y polvo a medida que se acerca al Sol. De momento, Churyumov se encuentra a 210 millones de kilómetros del astro rey y alcanzará su punto de cercaní­a máxima el 13 de agosto.

Para mejorar la comunicación entre Philae y Rosetta, la sonda deberá modificar rápidamente su plan de vuelo, y que la sonda se aproxime un poco al cometa, afirmó Gaudon.

“Por ahora, estamos verificando que el robot funcione bien en términos de temperatura, energí­a y electrónica de vuelo – su ‘cerebro’-“. “Hasta que no tengamos un cuarto de hora de comunicación con él, no podremos enviarle órdenes para que haga trabajo cientí­fico”, explicó Gaudon.

Philae comenzará por tareas simples, como tomar la temperatura y medir el número de electrones del suelo y en los gases; posteriormente tomará imágenes y más adelante, se espera que pueda perforar el núcleo del cometa para encontrar partí­culas orgánicas con un rol potencial en la aparición de vida en la Tierra.

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