1486198Las calles de Bruselas se llenaron de cientos de personas paraconmemorar el Dí­a Nacional de Bélgica, pese a la presente amenaza terrorista que obligó a las fuerzas del orden a reforzar los dispositivos de seguridad.

El paí­s, ví­ctima de un doble ataque terrorista que causó la muerte de 32 personas, el 22 de marzo pasado, continúa en nivel de alerta tres por un posible atentado.

El ataque en la ciudad francesa de Niza, que causó la muerte de 84 personas hace exactamente una semana, durante la celebración del Dí­a Nacional de Francia, añadió tensión al contexto.

La policí­a de la capital movilizó a 800 oficiales para garantizar la tranquilidad de la fiesta, 240 más de lo previsto de forma inicial.

A ello se sumaron agentes de la policí­a federal en civil, cuyo número de efectivos no fue revelado, así­ como más de mil militares.

Toda la región entre el Palacio de Justicia y el Palacio Real, donde tienen lugar los conciertos, animaciones y desfiles, fue aislada al tráfico en un procedimiento minucioso iniciado el martes.

Los accesos al área fueron bloqueados por vehí­culos de la policí­a y camiones militares con el objetivo de evitar un ataque similar al de Niza, en el que el terrorista Mohamed Lahouaiej Bouhlel lanzó un camión pesado contra la multitud reunida para un espectáculo de fuegos artificiales.

“Sí­, tenemos un poco de miedo, porque ese tipo de ataque es inevitable. Pero vemos todo el despliegue de la policí­a y nos sentimos en seguridad. No podemos dejar de vivir”, dijo Mina, una estudiante búlgara de 23 años residente en Bruselas, en entrevista con Notimex.

Para Geert, un jubilado belga de 63 años, era “importante venir” celebrar el Dí­a Nacional “para mostrar apoyo al paí­s en ese momento difí­cil”.

Además de miles de civiles, las celebraciones en Bruselas reunieron a personalidades polí­ticas de alto nivel, como el primer ministro, Charles Michel, que se paseó entre el público.

1486199El rey Felipe, la reina Matilda y sus cuatro hijos participaron por la mañana del tradicional Te Deum en la catedral de San Michel y Gúdula, en la que también estuvieron presentes los miembros del gobierno federal y las máximas autoridades de la Unión Europea.

Pese la amenaza terrorista, la familia real tomó el tiempo de ir al encuentro de los cerca de 500 civiles que acudieron a la catedral, incluso estrechando las manos de muchas personas.

Por la tarde, el monarca pasará revista a las tropas del Ejército antes del desfile militar, que contará con la participación de mil 176 oficiales belgas y 30 extranjeros.

Las festividades concluirán al caer la noche, con un espectáculo de fuegos artificiales en la Plaza de los Palacios.

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