China contribuirá a la creciente pesadumbre que se cierne sobre la economí­a mundial cuando publique su crecimiento más débil en siete años el viernes.

Se espera que la segunda economí­a más grande del mundo haya crecido 6.6% en los tres meses transcurridos hasta finales de junio, en comparación con el mismo periodo del año anterior, según un sondeo de economistas de CNNMoney.

Esto es un poco más lento que el primer trimestre, y coincide con el ritmo más débil de crecimiento que este paí­s experimentó durante los dí­as más oscuros de la crisis financiera mundial a principios de 2009.

Para 2016 en su conjunto, los economistas esperan que el crecimiento del PIB caiga a 6.5%, el extremo inferior de la propia meta del gobierno de entre 6.5% y 7%. De cara al futuro, se espera que la expansión económica en 2017 siga descendiendo hasta 6.3%.

Los datos oficiales del PIB del segundo trimestre serán publicados por la Oficina Nacional de Estadí­sticas de China el viernes.

“El estado de ánimo general sobre China sigue siendo negativo”, dijo Kevin Lai de Daiwa. “Hay poco desacuerdo acerca de que los problemas en China son graves y que tienen profundas implicaciones para los mercados globales”.

Incluso con un crecimiento tambaleante, China sigue siendo uno de los jugadores más fuertes del mundo. Sin embargo, su desempeño está muy lejos de los emocionantes dí­as de crecimiento de 10% o más, razón por la cual China tiene nerviosos a muchos expertos e inversores.

Después de una expansión vertiginosa durante décadas, la economí­a china se está desacelerando, en parte debido a los esfuerzos de Pekí­n por reducir la dependencia del paí­s hacia la manufactura y fomentar el sector de servicios. El paí­s también está cargado con altos niveles de deuda después de años de préstamos agresivos.

Gran parte de los datos económicos de este año ya han pintado un panorama decepcionante de crecimiento. Pero las dudas persistentes acerca de la exactitud de las cifras oficiales de China provocan que algunos expertos teman que las cosas sean peores de lo que Pekí­n deja ver.

Capital Economics, por ejemplo, estima que la economí­a china se expandió a solo 4.5% en el segundo trimestre.

También existe la preocupación de que la campaña de cuatro años del presidente Xi Jinping contra la corrupción haya cobrado un alto precio sobre el crecimiento del PIB, dijo Lai de Daiwa.

No hay duda de que las repercusiones son resentidas ampliamente. China anunció a finales de febrero que tení­a la intención de eliminar 1.8 millones de empleos en los sectores de carbón y acero en un esfuerzo por reducir el exceso de capacidad. Los recortes representan aproximadamente el 20% de los empleos del sector carbón y 11% del sector acero en China, de acuerdo con IHS Insight.

Una preocupación importante es cómo implementará el gobierno estos cambios, dijo el economista para China de IHS, Brian Jackson. “Si las autoridades locales realizan cierres demasiado rápido, podrí­an provocar grandes protestas laborales”, dijo.

China está saliendo de un turbulento 2015 para los mercados y para el yuan, que mermó la confianza de los inversores sobre la capacidad de las autoridades chinas para gestionar la desaceleración económica con delicadeza.

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