Afuegolento
Lic. Irasema Martí­nez Salazar. Terapeuta Familiar

En esta ocasión reflexionaremos sobre como liberarnos de estas mascaras-armaduras con la intención de vivir libres y estar dispuestos a relaciones sanas. El primer paso es querer el cambio y desearlo por nuestro propio bien y no porque alguien más nos pida cambiar porque lo considera necesario, para quedarse a nuestro lado o por cualquier otro fin; Hacerlo para nosotros mismos será sincero, honesto y útil a nuestra vida. El siguiente paso es buscar la verdad: ¿Recuerdas como eras antes de la máscara? Cuando somos bebés, obtenemos afecto de las personas que nos rodean (en casi todos los casos), solo por el hecho de existir, un bebé no necesita agradar a otros, ni alardear sobre lo que tiene, manipular para que se le quiera o mentir sobre sus sentimientos para evitar ser rechazado, simplemente se dedica a recibir las caricias, la aprobación y los cariños de su familia y en sus posibilidades nos regresa ese mismo afecto. Cuando crecemos, vamos aprendiendo a que necesitamos hacer cosas para ser amados, frases como: si no ayudas es porque no me quieres, si no obedeces eres malo, tienes que tener buenas calificaciones porque sino… si quieres que me quede contigo tienes que hacer… etc; o estamos escondidos tras una barrera para no demostrar los sentimientos, cuando nos atrevemos a salir y somos dañados, volvemos al escondite pero ponemos el doble de la barrera donde nos escondemos. Entonces empezamos a manipular nuestros sentimientos, actuando de tal manera que seamos aprobados y amados. Reconocer nuestros verdaderos sentimientos y mostrarnos como en realidad somos puede costarnos trabajo y ser complicado pero es más honesto que usar una máscara para agradar a los demás. Conocernos y “Aprender a amarnos” es otro punto importante para el cambio. No podemos dar a otros lo que no poseemos, no podemos amar si nosotros no nos amamos y para amar a alguien tenemos que conocerlo. Jesús nos dejó como mandamiento: “Ama a tu prójimo como a ti mismo”. Por lo que nos enseña que primero debemos amarnos para aprender a hacerlo con otros. Dentro de la relación de amor, esperamos ser amados, protegidos, comprendidos, atendidos, cuidados, apoyados, aceptados tal como somos, ¿Cuántas de estas cosas nos damos a nosotros mismos? ¿Cuánto tiempo dedicamos a nuestra persona, cuanto interés ponemos a nuestras necesidades?, que por cierto son tan cambiantes y merecen toda la atención para cubrirlas.
Muchas veces ni siquiera sabemos que es lo que necesitamos y estamos en espera de que alguien más venga y cubra nuestras necesidades y no nos acordamos que el otro también anda necesitado, buscando satisfacerse. Conocer nuestros verdaderos sentimientos por más negativos que nos parezcan forma parte de nosotros. Evitándolos o negándolos no van a desaparecer. Sin embargo reconocernos como personas que podemos tener defectos es el principio para empezar a amarnos. Puedes amar a otro (a tu pareja, hijos, amigos) con sus defectos, con la diferencia de opiniones, haces todo lo posible por aceptarlo tal y como es, ¿Por qué no puedes amarte a ti mismo a pesar de tus sentimientos o defectos? Siguiente paso, el silencio. Estar en silencio ayuda al autoconocimiento y aprender a amarnos. Muchas veces huimos de nuestro silencio, porque es ahí­ donde escuchamos y hacemos conciencia de lo que somos. Hay muchas formas de huir del silencio o evitarlo, como tener encendida la televisión, música, la computadora, el celular, pues muchas veces se siente como soledad, podemos estar siempre rodeados de gente, es menos doloroso el vacio pero no encuentras tú verdadero yo. Puedes querer una pareja, que este llenando ese vací­o con sus palabras, con sus demostraciones de afecto, pero sigue el sentimiento de no estar satisfecho.
Estar acompañados nos lleva a seguir mostrando nuestra mejor cara, cuidar nuestra imagen, seguimos actuando, mostrando lo que queremos que vean, evitamos la soledad y el temor que esta nos provoca. Mientras estemos en público seguiremos hablando de nuestros actos pasados o nuestros planes para el futuro, sin poner atención a nuestras necesidades presentes. Solo en silencio podemos escuchar la voz interior.
La que te habla sobre lo bueno y lo malo que haces, sobre tus sentimientos positivos y negativos, sobre si actuaste de mala manera contra alguien o te está motivando a continuar con tu actitud. Pocas veces la gente nos va a decir lo que en verdad piensa de nosotros o si está en desacuerdo porque ellos mismos están en una lucha con sus propios sentimientos, nadie quiere ir por la vida diciendo cosas negativas, es grande el temor a ser rechazados, etiquetados, etc. Por eso escuchar nuestro voz interior es lo más sincero que podemos escuchar. Es el consejo más acertado que nos podemos dar y es la guí­a más noble que podemos seguir. Por último ten voluntad y atrévete. Reconocernos como somos y cambiar nos genera miedos, y los miedos nos impiden realizar muchas cosas, pero ellos solo existen en nuestra mente, se alimentan de nuestros pensamientos. Nosotros decidimos sí­ a esos temores les damos poder volviéndolos una realidad. Nosotros decidimos quien queremos que gane, si nuestro coraje para vencer los temores o la comodidad de seguir huyendo, evitándolos, ignorándolos pero teniendo en cuenta que tarde o temprano saldrán a atacarnos en los momentos menos esperados. Tener voluntad y ser valientes para aceptar lo que somos, reconocer lo que nos gusta y lo que nos disgusta puede ser la base para empezar a trabajar en ello y si por alguna razón ya no podemos cambiarlo, ver ese defecto con amor y aceptarlo como parte de nuestra personalidad. Observa tu verdadero yo, no con los ojos fí­sicos sino con los ojos del potencial que llevamos dentro. Descubre y promueve tus sentimientos positivos, amabilidad, compasión, amor, inteligencia, generosidad, reclámalas siempre han estado ahí­. Entre más te conozcas mas brillaras y podrás decirle adiós a cualquier máscara-armadura viviendo en libertad de ser, hablar, sentir y amar.

1 Comentario

  1. me gusta que se promueva el estar en contacto contigo mismo por que ayuda en gran manera ya que si es muy cierto que cuando no hay tv, niños gritando, o algo que te saque de tu rutina ayuda a darte cuenta de que son las cosas que uno necesita modificar o darnos cuenta de que hicimos mal y como nos estamos comportando y sobre todo saber como podemos cambiar esos aspectos que aunque lo vemos como parte de nuestra personalidad pero en el fondo sabemos que no eramos asi antes y la verdad si cansa asi que solo necesito dar en el punto clave para quitarmela, gracias, muy padre la columna.

DEJA UNA RESPUESTA