cyd-030816-portada-gEstos resultados son muestra de que en el paí­s podemos hacer bien las cosas; se espera que estas nuevas preseas y las que se han ganado en años anteriores sean inspiración para otros estudiantes: Juan Carlos Hernández, integrante del comité organizador de la Olimpiada Nacional de Quí­mica.

El equipo mexicano que participó en la 48 Olimpiada Internacional de Quí­mica (IChO2016) en Tbilisi, Georgia, regresó la madrugada de este miércoles al paí­s con tres preseas de bronce, luego de participar del 23 de julio al 1 de agosto en el certamen en el que  compitieron con jóvenes estudiantes de 72 paí­ses.

En esta ocasión, los integrantes de la delegación mexicana que consiguieron las preseas de tercer lugar fueron el michoacano Miguel Bribiesca Argomedo, el mexiquense Ví­ctor Hernández Lima y el sinaloense Carlos Quezada Espinoza, quien asistió al concurso internacional por segunda ocasión consecutiva.

Quezada Espinoza, de 18 años de edad, quien en las próximas semanas ingresará a la Universidad Autónoma de Sinaloa para estudiar la carrera de Ingenierí­a Quí­mica, expresó que la etapa internacional “ha sido una experiencia muy bonita, no solo porque se conoce y se convive con personas de todo el mundo, sino porque se aprende que las materias que se estudian en la escuela tienen aplicaciones en el mundo real muy interesantes”.

Añadió que lo más difí­cil para él en la IChO2016 fueron los problemas teóricos, más que la fase experimental.

En general, los alrededor 300 estudiantes que participaron en el certamen tuvieron que resolver problemas teóricos y experimentales en quí­mica orgánica, quí­mica inorgánica, fisicoquí­mica, quí­mica analí­tica y bioquí­mica y cuya solución requiere conocimientos que superan el nivel de enseñanza media al que pertenecen los participantes.
En tanto, Hernández Lima (18), quien estudiará en la UNAM la Licenciatura de Quí­mica, mandó un mensaje a otros jóvenes que están en edad de participar, porque “la quí­mica no es difí­cil, tampoco es lo más fácil del mundo, pero cuando algo gusta se facilita el aprendizaje, por eso creo que más estudiantes deben estar haciendo lo que les guste y apasione. Las olimpiadas de ciencia que organiza la Academia Mexicana de Ciencias son programas muy buenos, y cuando se puede llegar a la fase internacional se tiene la oportunidad de conocer a gente de todo el mundo, pero también en las etapas previas,  nacional y estatal, la experiencia es muy buena, ojalá muchos se den la oportunidad de conocerlas”.

Agregó que el participar en la Olimpiada Nacional de Quí­mica le ha servido para darse cuenta cómo funciona el mundo y cómo se relaciona todo entre sí­: “Me ha gustado no tener que aprender cosas de memoria, sino aprovechar los conocimientos para resolver problemas. Planeo dedicarme a la investigación y trabajar en el área de la industria en su momento”.

Por su parte, Bribiesca Argomedo (17) destacó que en su primera participación en el certamen logró llegar hasta la etapa internacional. “Me gustó mucho estar con personas de otros paí­ses y culturas. Desde antes de esta oportunidad ya habí­a decidido que iba a estudiar nanotecnologí­a y ciencias quí­micas y esta experiencia reforzó mi idea”.

El joven mencionó que la quí­mica, la fí­sica y las matemáticas son más que fórmulas y cuentas, es pensar y tratar de entender qué es lo que sucede en el mundo y comprender los fenómenos que rodean al ser humano, por ello, comentó, le parece que es muy interesante participar en este tipo de concursos.

El sonorense Jesús Aguirre Escalante (18) también fue parte de la delegación mexicana que participó en la IChO2016 en Tbilisi, Georgia y a su llegada envió también un mensaje a los jóvenes del paí­s: “Todos tenemos una habilidad y tenemos que explotarla, no tenemos que ser cientí­ficos para ser sobresalientes, podemos ser buenos en lo que sea, al final todo necesita trabajo para llegar niveles altos, por eso voy a estudiar Ingenierí­a Quí­mica en la Universidad de Sonora”.

Para acompañar y apoyar al equipo mexicano acudieron Abel Sánchez Bejarano y Juan Carlos Hernández Chacón, ambos integrantes del comité organizador de la Olimpiada Nacional de Quí­mica.

“Para los jóvenes la olimpiada internacional representa una oportunidad de conocer otras culturas, otros paí­ses; para algunos de ellos esta vez fue la primera que salieron del paí­s, entonces este fogueo que tienen les permite generar lazos con jóvenes que tienen intereses en común y les ayuda a que en un futuro estas relaciones puedan ser fortalecidas como cadenas de trabajo”, sostuvo Hernández Chacón.

Señaló que es importante que los jóvenes del paí­s vean que se puede salir a competir  y traer medallas, ya que demuestra que en México se pueden hacer bien las cosas, que se tienen estudiantes que pueden dar más de lo que se piensa, por lo que espera que las tres preseas de este año y las que se han ganado en el pasado sean un inspiración.

“Con los resultados que obtuvo el equipo mexicano y al escuchar que todos van a estudiar ingenierí­as y dedicarse a la investigación, nos damos cuenta que la Olimpiada Nacional de Quí­mica cumple su objetivo de atraer jóvenes a la ciencia. Ellos son la punta del iceberg, pero el programa es mucho más profundo, ya que los jóvenes que participan en la etapa nacional también son tocados por la Olimpiada, y aunque no alcancen las etapas internacionales, muchos de ellos hacen una carrera cientí­fica, estudian y trabajan en el extranjero como investigadores, solo por el hecho de pasar por este programa”.

En los 25 años que lleva participando nuestro paí­s en la Olimpiada Internacional de Quí­mica, ha conseguido ocho preseas de plata, 37 de bronce y 13 menciones honorí­ficas. La primera asistencia que tuvo México en el concurso fue en Estados Unidos en 1992, cuando se llevó a cabo la 24 edición.

DEJA UNA RESPUESTA