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La defensa de Michelle Byrom dice que hay muchas razones por las que ella merece tener una segunda consideración

(CNN)-La carta empieza como cualquier otra carta de un hijo a su madre.
“Primero, déjame decirte feliz Dí­a de las Madres. Te amo”.
El segundo párrafo, sin embargo, revela una historia más oscura.
“Sí­, el pasado es solo eso, el pasado, pero ciertas decisiones no se olvidan y no se perdonan (sic)”.
La carta fue escrita a mano a una madre condenada a la pena de muerte, quien pagará por un crimen que su propio hijo confesó cometer.
Mississippi planea ejecutar a Michelle Byrom de 57 años con la inyección letal el jueves por el asesinato en 1999 de su esposo; la sentencia fue por recomendación del fiscal general Jim Hood.
Edward Byrom fue asesinado en su casa en Iuka, Mississippi, mientras que Michelle se encontraba en el hospital recibiendo tratamiento por una doble neumoní­a.
Si Byrom es ejecutada, será la primer mujer en el estado a la que se le aplica la pena de muerte en 70 años, pero sus abogados dicen que hay muchas razones por las que merece tener una segunda consideración.
La principal causa de ellas es el hecho de que el hijo de Byrom confesó no solamente una, sino cuatro veces, haber matado a su padre abusivo: en tres cartas enviadas a su madre, y una vez en un comunicado dado a conocer por un sicólogo recomendado por la corte.
En lo que ha sido denominado una “perversión de la jurisprudencia estadounidense” por Warren Yoder, director ejecutivo del Centro de Polí­ticas Públicas de Mississippi, un jurado nunca ha escuchado ninguna de las confesiones del hijo de Edward Byrom.
En una confesión explí­cita dentro de una carta a su madre, Byrom Jr. detalla como mató a su padre en un momento de rabia luego de que su padre lo llamara un “bastardo, bueno para nada, un error, y por decirme que era desconsiderado y solo me preocupaba de mí­â€.
Su padre le pegó por última vez ese dí­a, escribió Byrom Jr.
“Me golpeó y luego se regresó a su cuarto. Mientras me sentaba en mi cama, con lágrimas fluyendo, recordando mi infancia, mi enojo seguí­a creciendo y creciendo”, decí­a la carta.
Byrom Jr. agarró una pistola de mano de 9 milí­metros, un arma de la Segunda Guerra Mundial que pertenecí­a a su abuelo -de acuerdo con la Jackson Free Press-, entró en el cuarto de su padre, abrió fuego y huyó, escribió Byrom Jr.
Actualmente, Byrom Jr. es un hombre libre, viviendo en donde creció, en el Condado Tishomingo, en una zona rural al norte de Mississippi. Ha encontrado la religión, de acuerdo con una carta que le escribió a su madre tras su sentencia, y en su página de Facebook dice que estudia artes finas en el Seminario Teológico Bautista de Nueva Orleans.

El plan

Las autoridades dicen que Byrom Jr., su madre y su amigo, Joey Gillis, se coludieron para matar a Edward Byrom Sr. en 1999. Fue un esquema de contrato para asesinarlo, y Michelle Byrom fue la supuesta mente maestra.
Tras el tiroteo, Byrom Jr. acudió al hospital, le dijo a su madre lo que ocurrió y luego volvió a la casa para verificar si su padre seguí­a vivo, de acuerdo con un expediente presentado por la defensa de la mujer. Cuando encontró a su padre muerto, llamó al número de emergencias 911.
Las autoridades arribaron al lugar, cuestionaron a Byrom Jr., el principal sospechoso en ese momento, y luego al mejor amigo de Byrom, Gillis, porque habí­a pasado parte del dí­a con él, de acuerdo con un comunicado de la oficina del sheriff durante el juicio.
La evidencia en el juicio incluye un comunicado al sheriff David Smith, en el que Byrom Jr. acusó a Gillis del tiroteo y a su madre por haber contratado a su amigo para matar a su padre. Los residuos de pólvora fueron encontrados solamente en las manos de Byrom Jr., nunca en las manos de Gillis.
Durante el juicio, los fiscales presentaron una teorí­a de que Michelle Byrom estaba buscando cobrar la póliza de vida de su esposo, 1,967,257 pesos y planeaba pagarle a Gillis 196,725 a cambio de su asesinato.
Y sin embargo en una carta enviada a prisión, Byrom Jr. escribió que estaba ebrio y que habí­a fabricado la historia en sus declaraciones a Smith.
“Cuando me llevaron, les di una historia de porquerí­a tras otra, tratando de salvarme, pero cuando David Smith comenzó a preguntarme, y me dijo lo que ocurrió, estaba tan temeroso, confundido y drogado. Empecé a decir lo primero que se me ocurrí­a, que se convirtió en esta conspiración por dinero, que era todo falso, por eso es que tuve tantas historias diferentes”, decí­a su carta.
Al momento del tiroteo de su esposo, Michelle Byrom estaba bajo la influencia de por los menos una docena de drogas, muchas de las cuales pudo haber afectado seriamente su juicio, de acuerdo con una declaración jurada preparada por un profesor de farmacologí­a para su equipo de defensa.
Los oficiales de la Patrulla de Caminos de Mississippi también cuestionaron a Michelle Byrom en el hospital, no porque fuera una sospechosa, sino porque querí­an preguntarle sobre la propiedad del arma utilizada en el asesinato, de acuerdo con una Corte de Distrito de Estados Unidos.
Más tarde ese dí­a, Michelle Byrom le dio declaraciones a Smith que incluyeron detalles del plan y el asesinato. A través de las interrogaciones, Smith le sugirió a Michelle que protegiera a su hijo, diciéndole que Byrom Jr. ya habí­a confesado la conspiración de asesinato por trabajo y le habí­a dado detalles sobre el involucramiento de su madre, de acuerdo con documentos de la corte.
Según el estado, cuando Michelle Byrom estaba fuertemente medicada, su doctor y enfermera estaban presentes durante las preguntas iniciales de la policí­a y le dijeron a las autoridades que las drogas en su sistema no deberí­an de afectar su entendimiento de las preguntas, así­ como sus respuestas.
Cuatro de los cinco interrogatorios que se le hicieron fueron llevados a cabo en el hospital. Dos fueron desechados porque Michelle Byrom no habí­a sido asesorada sobre sus derechos, pero las declaraciones de incriminación subsecuentes que realizó, se mantuvieron.

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