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Las mujeres suelen presentar más señales de ataque cardí­aco y estos son más intensos (Especial).

(CNN) — La mayorí­a de la gente relaciona la enfermedad cardiovascular y los infartos con la población de adultos mayores, sin saber que muchos jóvenes y sus médicos desestiman claros sí­ntomas de complicaciones del corazón debido a la juventud.

Un factor de riesgo común para enfermedades del corazón: la alta presión sanguí­nea, o hipertensión, con frecuencia no se diagnostica en pacientes jóvenes, según un estudio de la Asociación del Corazón de Estados Unidos (AHA, por sus siglas en inglés).

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La hipertensión aumenta el riesgo de una persona de tener un ataque al corazón, una embolia, insuficiencia renal e insuficiencia cardiaca. Cuando la presión sanguí­nea se mantiene elevada puede dañar los vasos sanguí­neos y otras partes del cuerpo.

“Un diagnóstico oportuno y el control de la hipertensión es importante, aún cuando el paciente sea un adulto joven”, dijo Heather Johnson, autora principal del estudio, de la Escuela de Medicina y Salud Pública de la Universidad de Wisconsin.

Los investigadores estudiaron 13,593 historiales clí­nicos electrónicos, tanto de hombres como de mujeres. A cada paciente se le tomó la presión por lo menos dos veces en los tres años previos durante sus visitas no urgentes al consultorio. Muchos de ellos cumplí­an los criterios para diagnóstico de hipertensión.

Los pacientes de 18 a 24 años con hipertensión tuvieron 28% menos probabilidades de recibir el diagnóstico oportuno en comparación con los mayores de 59 años.

Después de cuatro años, dos de cada tres pacientes de 18 a 31 años de edad con hipertensión no recibieron este diagnóstico. El í­ndice de las personas que recibieron un diagnóstico de hipertensión aumentó ligeramente con la edad. Más de la mitad de los sujetos de 60 años con hipertensión no habí­an recibido diagnóstico.

Los adultos jóvenes que tení­an menos probabilidades de recibir un diagnóstico de hipertensión eran los fumadores que presentaban hipertensión leve. Las minorí­as presentaron mayores probabilidades de ser diagnosticados, al igual que los jóvenes con diabetes, los pacientes con hipertensión severa y los que visitaron con mayor frecuencia al médico. También era más probable que los médicos efectuaran un diagnóstico en comparación con sus colegas varones.

“Es importante que los pacientes conozcan los resultados de su lectura de presión sanguí­nea cuando se les toma en una clí­nica (…) que pregunten si es normal o anormal”, dijo Johnson.

En otro estudio, con cerca de 3,000 pacientes de 18 a 55 años que habí­an sufrido un ataque cardiaco entre 2008 y 2012, se descubrió que los adultos más jóvenes, especialmente las mujeres, no reconocí­an el dolor de pecho relacionado con el corazón como un sí­ntoma cardiaco.

Estos son los sí­ntomas de un infarto

Los investigadores entrevistaron a los pacientes sobre los sí­ntomas que habí­an presentado y si habí­an tenido una interacción previa con su médico.

Una de cada tres mujeres y uno de cada cinco hombres acudieron al médico con sí­ntomas como dolor o molestias en el pecho antes de sufrir el infarto; sin embargo, menos de la mitad de esas mujeres se les dijo que los sí­ntomas podrí­an estar relacionados con su corazón, en comparación con casi dos terceras partes de los hombres.

“Muchos de los factores de riesgo están aumentando en nuestra población, como más obesidad, más hipertensión, más colesterol alto (…) sobre el riesgo de enfermedades cardiacas no podemos basarnos simplemente en la edad cronológica”, dijo la autora del estudio, Judith Lichtman, de la Escuela de Salud Pública de Yale.

“El panorama completo puede estar extendiéndose a edades menores y necesitamos mejorar en el reconocimiento del riesgo”, agregó.

Casi el 60% de los hombres y mujeres que tuvieron infartos pensaron que sus sí­ntomas no estaban relacionados con el corazón. Los hombres comúnmente se lo atribuyeron erróneamente a una indigestión o dolor muscular.

Las mujeres comúnmente culparon al estrés, la ansiedad o la indigestión. Las mujeres reportaron haber esperado más de un dí­a para buscar atención médica, y era menos probable que pensaran que sus sí­ntomas eran cardiacos.

Ambos sexos reportaron haber presentado dolor o malestar en el pecho.

“Las mujeres presentaron más de los otros (sí­ntomas atí­picos): más dolor en la mandí­bula, dolor de espalda, todas las otras cosas que hemos escuchado que las mujeres presentan más, pero también fue interesante que ellas presentaran más el clásico dolor de pecho”, dijo Lichtman.

Agregó que sin importar la edad, las enfermedades del corazón deberí­an estar en el radar. “Los individuos podrí­an haber dicho: ‘Vaya, tengo estos sí­ntomas, tengo estos factores de riesgo, tal vez estoy en riesgo de sufrir un infarto”, agregó.

 

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