Clemente Mancillas Dávila, Columnista

OPINIí“N.- Aunque en algunos estados de la república se ha mencionado que las elecciones estarí­an en riesgo por los í­ndices de violencia, hay otros donde las campañas se avizoran difí­ciles por otro tipo de temores, lo que lejos de avanzar disminuye el nivel de democracia del paí­s.

En Coahuila se ha dicho que las condiciones son favorables para que haya pre campañas y campañas, libres de temores y con altos í­ndices de democracia, sin embargo la verdad es que hay una sombra que se cierne sobre ellas.

El principal problema que se tiene es que se desconoce con precisión cuales son las nuevas disposiciones y cuáles serán los candados del ahora renovado Instituto Nacional Electoral, lo que ya se utiliza como una herramienta para tratar de infundir miedo a militantes, simpatizantes y a los mismos actores polí­ticos que aspiran a ser candidatos.

Ante el desconocimiento de las reformas, principalmente la interpretación de las llamadas letras chiquitas, los partidos polí­ticos y los aspirantes a los puestos de elección popular, no quieren incurrir en alguna falta que a la postre les pueda afectar en un juicio de impugnación, por lo que se manejan con mucha precaución y hasta temor.

Ante este panorama el futuro democrático de nuestro México se ve muy negro, principalmente por la falta de interés del electorado quienes en algunos casos son acosados por lo que supuestamente no deben hacer, so pena de ser sancionados con multas impagables y hasta con cárcel.

En la mayorí­a de los casos los medios de comunicación debidamente establecidos, como estaciones de radio y televisión, están en una permanente vigilancia debido a que las principales modificaciones de la ley electoral están enfocadas a controlar la publicidad y promoción de las instituciones polí­ticas, los precandidatos y candidatos.

Al ser la televisión y la radio dos de los medios más efectivos para promover la participación ciudadana, la presentación de las propuestas de los actores polí­ticos y la información de las campañas, será muy difí­cil que los concesionarios y permisionarios se atrevan a correr riesgos innecesarios, lo que traerá como consecuencia poca o nula difusión de los candidatos y sus partidos.

En estados como Coahuila, donde solo se eligen siete diputados de igual número de distritos, las cosas se van a poner difí­ciles, si ya de por si son campañas complicadas y frí­as para lograr la participación del electorado, ahora con las limitaciones impuestas por el INE, el panorama esta aun mas difí­cil.

En apariencia, se han hecho muchos esfuerzos por reforzar la democracia en nuestro paí­s, pero de pronto pareciera que los actores polí­ticos no reparan en detalles que a la postre alimentan el fantasma del abstencionismo.

En el proceso de diputados locales de Coahuila, solo se logro la participación del 38% en el distrito, al ser una elección de mayor interés los resultados no fueron buenos por lo que según algunos analistas en el 2015 se corre el riesgo de una participación aun más baja.

En fin, vamos a ver cómo se desarrollan las campañas y también quien logra encontrar huecos legales para poder llevar una campaña de convencimiento y con ello seamos la mayorí­a de los mexicanos quienes decidamos quien nos representa en el congreso de la unión.

Si por lo menos alguien considerara plantear mecanismos que lograran llevar a las urnas, como mí­nimo al 50% más uno de los empadronados, ahí­ si estarí­amos hablando de una verdadera democracia, ya que más de la mitad de quienes tenemos derecho a elegir, decidirí­amos quien nos gobierne o quien nos represente en las cámaras.

DEJA UNA RESPUESTA