Por gran mayoría, los ciudadanos en Irlanda votan a favor de liberalizar una de las leyes de aborto más restrictivas del mundo.

Irlanda votó por gran mayoría liberalizar una de las leyes de aborto más restrictivas del mundo, en lo que el primer ministro describió como la culminación de una “revolución silenciosa” en uno de los países más socialmente conservadores de Europa.

Se estima que los votantes respaldaron el cambio en más de dos frente a uno, según dos encuestas a boca de urna publicadas el viernes por la noche, y el Gobierno planea llevarlo a la legislación antes de fin de año.

“Es increíble. Por todos los años, años y años que hemos estado tratando de cuidar a las mujeres y no hemos podido hacerlo esto significa todo”, dijo Mary Higgins, obstetra y activista de la campaña ‘Together For Yes’ (Juntos por el Sí).

Después de que los resultados oficiales comenzaron a anunciarse el sábado, los políticos de ambas partes acordaron que el referéndum había sido aprobado por un amplio margen.

Los resultados finales se entregarán más tarde el sábado.

“El pueblo ha hablado. El resultado parece ser rotundo (…) a favor de derogar la octava enmienda (la prohibición constitucional que recae sobre el aborto)”, dijo a periodistas en Dublín el primer ministro Leo Varadkar, quien hizo una campaña para su derogación.

“Lo que vemos es la culminación de una revolución silenciosa que ha tenido lugar en Irlanda en las últimas décadas”, dijo Varadkar, quien se convirtió en el primer ministro abiertamente homosexual del país el año pasado.

Si se confirma, el resultado marcará un nuevo hito en un camino de cambio para un país que solo legalizó el divorcio por un margen mínimo en 1995, antes de convertirse en el primero en adoptar el matrimonio gay vía voto popular hace tres años.

Ningún asunto social ha dividido a los 4.8 millones de irlandeses más profundamente que el aborto, que se metió en la agenda política tras la muerte en 2012 de una inmigrante india de 31 años por un aborto espontáneo séptico luego de que se le negara la interrupción de un embarazo.

A diferencia de 1983, cuando la religión centraba el debate y el derecho al aborto era un tabú para la mayoría, esta vez la campaña se ha caracterizado por las experiencias personales de las mujeres.

La campaña por el “Sí” argumenta que con más de 3 mil mujeres viajando a Reino Unido cada año para abortar -un derecho establecido por un referéndum en 1992- y otras encargando píldoras online de forma ilegal, el aborto ya es una realidad en Irlanda.

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