LaCarboniferaCmayus2Sin duda la llegada del último mes del año causa algarabí­a y felicidad para todos, es el momento cuando se unen las emociones y se hace un balance sobre los aciertos y los fracasos, sobre todas las acciones realizadas durante todo el año. Con ansia la base trabajadora espera el reparto de aguinaldos, momento importante para la familia, de allí­ se desprenden las compras para la cena de noche buena y los regalos para la navidad, sin duda una época que de una u otra forma hay dinero. Las calles lucen abarrotadas, los comercios abiertos para las compras de última hora y festejar mediante las posadas navideñas, la llegada de esta temporada esperada principalmente por los más pequeños de la familia. Deseos de amor, salud, dinero, forman parte de las principales peticiones que la gente hace durante los festejos, durante esos momentos de recogimiento del encuentro con el yo interior, donde una lucha de emociones saca desde el recóndito del ser, a la persona que vive en los adentros del carcajee humano que cubre la esencia de cada uno de nosotros. Es durante esta temporada cuando muchos aprovechan para reconciliar y redimir fricciones y resentimientos que únicamente provocan el desgasto – para mi innecesario- del ser humano, “no hay que empezar el año peleado”, dijeran nuestros ancestros. í‰poca de paz, de tranquilidad, de análisis y de autoevaluación, forma parte de este último mes del año, que muchos usan como preámbulo para diseñar sus propósitos de año nuevo. Esos que en muchos de los casos se hacen, pero como en la mayorí­a de ellos, no se cumplen, sin embargo forman parte de las festividades, de ese gusto por celebrar las fiestas decembrinas, la despedida del año viejo y la llegada de un año nuevo. Ante todo esto, creo por demás importante –en mi humilde opinión-, que todas esas acciones deben permanecer durante todo el año, durante las distintas temporadas que se viven en los 365 dí­as. No creo que debamos esperar a que sea navidad para invitar al vecino a compartir del pan y la sal, no propiamente debe ser una fiesta para convivir con los amigos, no debemos esperar a que sea noche buena para compartir con el más necesitado. Si esas acciones las hiciéramos durante todo el año, creo que la percepción de la vida, y la indiferencia social, fácilmente terminará con esa llamada desigualdad que solo afecta a las personas más vulnerables, de quienes nos olvidamos cuando no es época de “recogimiento” o de estar en paz con uno mismo. Feliz navidad..!!!

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