EDITORIAL.-  La Revolución Mexicana pasó de ser una lucha contra el régimen Porfirista a una guerra civil que respondió a los intereses de quienes se peloteaban el poder, y algunos otros quienes buscaban las libertades democráticas a partir de la justicia y la educación. Con el tiempo, la Revolución ha sido considerada como el acontecimiento polí­tico y social más importante del siglo XX en México, pero no pudo ser de otra forma sin que los nombres de campesinos, militares, generales y profesionistas retumbaran en las páginas de la historia como los responsables de delinear los capí­tulos de este movimiento armado.

Esta es una lista con algunos de los personajes indispensables de la Revolución Mexicana:

Porfirio Dí­az

Porfirio Diaz

Fue aprendiz de Benito Juárez en el Instituto de Ciencias. Participó en la Guerra de Reforma en la que luchó contra los conservadores, y como general se involucró en la intervención francesa y en la batalla del Cinco de mayo al lado de Ignacio Zaragoza.

Fue candidato a la Presidencia por el Partido Progresista, pero fue derrotado por Juárez; posteriormente, se rebeló contra el sucesor Lerdo de Tejada y accedió a la silla en 1876.

En un comienzo, Porfirio Dí­az se manifestó en contra de que el poder se concentrara en una sola persona y la reelección; la historia lo llevarí­a a reelegirse innumerables ocasiones hasta 1910. A Dí­az se le atribuye la eliminación de la mayorí­a de sus adversarios y la persecución de quienes ejercí­an la libertad de expresión.

“Poca polí­tica y mucha administración” era el lema de Porfirio Dí­az quien impuso, con mano dura, el orden para el buen funcionamiento del gobierno. El uso de la fuerza pública fue fundamental para mantener a raya a bandoleros y opositores, esto significó el desarrollo económico, aunque desigual, entre la población, quien comenzó a caer en cuenta que Dí­az llevaba ya demasiado tiempo en el poder.

Huelgas como la de Cananea y Rí­o Blanco fueron reprimidas con la violencia cada vez más evidente para “mantener el orden” y los periodistas fueron perseguidos por criticar el régimen.

De Porfirio Dí­az es bien sabido su gusto por la estética europea y su visión afrancesada que pretendí­a evidenciar en el paí­s. Durante su administración se llevaron a cabo importantes obras en varios puertos y se construyeron importantes ví­as férreas, se facilitó el intercambio comercial con EU con el trazo de las lí­neas de ferrocarril, el correo y el telégrafo se utilizaron en todo el paí­s, nacieron los primeros bancos, se regularizó el cobro de impuestos y poco a poco se pagaron las deudas. La vida cultural de México cobró fuerza con el fortalecimiento de la educación pública y el nacimiento de periódicos, libros y revistas impresos en México, la presentación de espectáculos con actores europeos y las aportaciones de personajes como Justo Sierra, José Marí­a Velasco y José Guadalupe Posada.

Fue una época de bonanza económica pero sólo para algunos. Los indí­genas fueron despojados de sus tierras y se emplearon como peones en las haciendas; el descontento no se hizo esperar.

La popularidad de Madero, quien representaba las esperanzas de cambio y a una nueva generación deseosa de participar en la vida polí­tica del paí­s, causó un descontento en el general Dí­az. Madero fue encarcelado en San Luis Potosí­ por representar un peligro para el gobierno de Dí­az, quien habí­a vuelto a reelegirse en 1910.

En el Plan de San Luis Madero desconoció a Dí­az como Presidente y llamó al pueblo a levantarse en armas. Las fuerzas maderistas acabarí­an con 30 años de dictadura en sólo medio año. En 1911 se firmó la paz entre Dí­az y el nuevo gobierno; Don Porfirio renunció al poder y viajó a Francia donde murió en 1915.

Los hermanos Flores Magón

Los hermanos Flores Magón

Considerados precursores de la Revolución Mexicana, las actividades de los hermanos Flores Magón, emprendidas entre 1900 y 1910, fueron desarrolladas en el ámbito polí­tico y periodí­stico y promovidas por el movimiento antirreeleccionista de Francisco I. Madero. En 1900 fundan el periódico Regeneración, y en 1902 Ricardo y Enrique editan El Hijo de El Ahuizote, los que les representarí­a la cárcel y la posterior expulsión del paí­s en 1904. Su papel como periodistas opositores comenzó desde que en 1893 fundaron el periódico El Demócrata, y de la profunda aversión que sentí­a su padre, Teodoro Flores, por el general Porfirio Dí­az, misma que le inculcarí­a desde pequeños a sus tres hijos.

El pensamiento de los hermanos Flores Magón y sus ideas libertarias se convirtieron en una mordaz crí­tica contra el Porfiriato a base de planteamientos revolucionarios desde la visión de los pueblos indí­genas, la tradición liberal mexicana y las ideas de filósofos europeos.

ílvaro Obregón

alvaro obregon

Reconocido en la Historia como “el general invencible” por no perder una sola batalla como general, a ílvaro Obregón se le recuerda por su participación en el movimiento revolucionario y su posterior mandato como Presidente de México del 1 de diciembre de 1920 al 30 de noviembre de 1924.

En la Revolución Mexicana participó en el bando de Madero para derrocar a Porfirio Dí­az. Después de una ausencia de la vida polí­tica, Obregón volvió en 1913 ahora para apoyar a Carranza en su lucha contra Victoriano Huerta. Con Carranza permanecerí­a leal hasta la promulgación de la Constitución de 1917.

Como general del Ejército Constitucionalista fue la cabeza de innumerables batallas y el encargado de perseguir a Francisco Villa en el norte del paí­s, a quien derrotó en la Batalla de Celaya.

Terminarí­a su relación con Carranza al encabezar, en 1920, la Rebelión de Agua Prieta. En medio de la Guerra Cristera se postuló de nueva cuenta como candidato a la presidencia y salió reelecto. Fue asesinado el 17 de julio de 1928 por José de León Toral en el restaurante La Bombilla.

Belisario Domí­nguez

Belisario Dominguez

A Belisario Domí­nguez se le reconoce el siempre opositor de Victoriano Huerta. Fue un médico y polí­tico mexicano (llegó a ser presidente municipal de su natal Comitán, Chiapas, y senador de la República) quien pasó a la historia por sus célebres discursos considerados piezas de oratoria que favorecí­an la libertad de expresión.

Como médico, obtuvo el tí­tulo de cirujano por la Sorbona de Parí­s; su participación en la vida polí­tica nacional sucedió con la fundación del periódico El Vate, en el que publicaba artí­culos contra el régimen y la propia figura del presidente Dí­az. Fundó el Club democrático y se caracterizó por estar siempre atento, junto con el pueblo, a quien alentaba, a las acciones del gobierno. En 1909 fue electo Presidente Municipal de Comitán y, posteriormente, se convertirí­a en senador (a la muerte de Leopoldo Gout). En la ciudad de México fue testigo de los acontecimientos de la Decena Trágica y la toma del poder por parte de Victoriano Huerta. Durante el mandato de Huerta, Belisario fue sumamente crí­tico frente a las decisiones del presidente, lo que le costarí­a la vida tiempo después.

La muerte de Belisario Domí­nguez se llevó a cabo en medio de la crueldad. Sus enemigos lo martirizaron y asesinaron en el cementerio de Xoco, en Coyoacán; Aureliano Urrutia le cortó la lengua y se la entregó como un regalo a Victoriano Huerta. No obstante, su asesinato derivó en la disolución del régimen del militar mexicano.

José Vasconcelos

jose vasconcelos

José Vasconcelos fue un polí­tico, pensador y escritor mexicano, fundador del Ministerio de Educación en México desde el cual desarrolló una fecunda y extraordinaria labor, lo que le mereció el nombre de “El maestro de la juventud de América”.

Presidió El Ateneo de la Juventud mexicana. En 1914, fue nombrado director de la Escuela Nacional Preparatoria. Huyó luego a Estados Unidos, ya que Venustiano Carranza pretendió arrestarlo por “pecar de crí­tico”. A su regreso asistió a la Convención de Aguascalientes y desempeñó el cargo de secretario de Instrucción Pública, durante dos meses, en el gabinete de Eulalio Guzmán.

ílvaro Obregón lo nombró titular de la Secretarí­a de Educación Pública y, desde ese puesto, impuso la educación popular, trajo a México educadores y artistas destacados, creó numerosas bibliotecas populares y los departamentos de Bellas Artes, Escolar y de Bibliotecas y Archivos; reorganizó la Biblioteca Nacional, dirigió un programa de publicación masiva de autores clásicos, fundó la revista El Maestro, promovió la escuela y las misiones rurales y propició la celebración de la primera Exposición del Libro. Durante su gestión se encargaron murales para decorar distintos edificios públicos a los pintores José Clemente Orozco y Diego Rivera, aunque algunos han afirmado que dichos murales tuvieron que vencer la tenaz resistencia del ministro Vasconcelos, pues pensaba que Orozco hací­a “horribles caricaturas”.

José Marí­a Pino Suárez

jose maria pino suarez

Fue un polí­tico, abogado, poeta, periodista y participante activo de la Revolución, primero, como Secretario de Justicia en el gabinete de Madero (1910), gobernador de Yucatán (1911), Secretario de instrucción pública y bellas artes de 1912 a 1913 y, finalmente, como vicepresidente de México hasta su asesinato en 1913.

Fue miembro del Partido Nacional Antireeleccionista y se reconoció siempre partidario a la causa de Madero organizando grupos en Tabasco y Yucatán. Fue el mensajero de éste cuando estuvo preso en San Luis Potosí­, a quien le escribí­a para informarle de los avances de la causa.

Madero fue quien lo nombró gobernador de Yucatán y, posteriormente, Secretario de Justicia. Cuando Madero asumió la presidencia del paí­s, y en medio de, se cree, elecciones fraudulentas, Pino Suárez se convirtió en vicepresidente.

Con el nuevo gobierno federal en la capital, los enemigos de Madero protagonizarí­an una serie de sucesos para lograr que los recién electos abandonaran sus cargos, lo que desembocarí­a en la Decena Trágica.

Pino Suárez fue asesinado junto a Madero en febrero de 1913.

Los hermanos Serdán

hermanos serdan

Aquiles, Máximo y Carmen Serdán se manifestaron opositores del régimen Porfirista desde Puebla, su ciudad natal. Tras ser descubiertos en plena conspiración, junto a otros maderistas, se enfrentaron al ejército. A los hermanos Serdán se les reconoce como los primeros mártires de la Revolución Mexicana.

Simpatizaron con el Partido Democrático, uno de los primeros partidos opositores en el paí­s, y fundaron, con algunos seguidores de Madero, el club polí­tico Luz y Progreso, en Puebla. En uno de los documentos del club afirman que la República será salvada “Por los hombres que no hayan manchado sus conciencias cometiendo atentados contra la ley”. Junto a Madero, Aquiles Serdán funda el Partido Antirreeleccionista local en Puebla, a quien apoyarí­a en su candidatura para convertirse en Presidente de México.

Después de un ir y venir con Madero y el movimiento antirreeleccionista, éste último le encomienda a Aquiles comenzar la revuelta en Puebla el 20 de noviembre de 1910. El gobernador del estado recibe informes de que los revolucionarios van a levantarse y ordena la entrada por la fuerza a la casa de los Serdán; Aquiles se adelanta y reúne a sus seguidores, pero el gobernador, con más de mil hombres, penetran la casa en busca del más activo de los Serdán, quien permanece escondido en un pequeño sótano. Lo asesinaron delatado por un ataque de tos, recibió varios balazos y murió con el tiro de gracia.

Máximo y Carmen Serdán fueron detenidos por los porfiristas en el enfrentamiento en su casa. Se dice que Carmen, en uno de los balcones de la casa, gritaba: ¡Viva Madero, viva la libertad! ¡Aquí­ hay armas! La muerte de Máximo fue inminente frente a los 500 policí­as y soldados del ejército de Porfirio Dí­az. Su hermana Carmen, y otras mujeres, fueron detenidas. Se sabe que con la muerte de los hermanos Serdán comenzó la Revolución Mexicana, pues cristalizaron los planes de Madero previos al movimiento. Los hombres de la familia Serdán fueron de las primeras ví­ctimas de la Revolución.

Francisco I. Madero

Francisco I. Madero

Llamado erróneamente Francisco Indalecio Madero, Francisco Ignacio representó la causa revolucionaria como polí­tico e intelectual preocupado por las condiciones del pueblo, así­, participó en la vida polí­tica nacional defendiendo las ideas democráticas y la reforma social.

Su oposición frente a la dictadura de Porfirio Dí­az lo llevó a encabezar la Revolución Mexicana, y se convirtió en Presidente de México en las elecciones de 1911. Aunque su objetivo era enlazar a las fuerzas revolucionarias con su régimen de libertades y democracia, no satisfizo las aspiraciones del cambio social que habí­a promulgado durante el movimiento armado.

Murió en el golpe de Estado emprendido por Victoriano Huerta y sus hombres; fue asesinado junto a José Marí­a Pino Suárez a un costado del Palacio de Lecumberri.

Emiliano Zapata

Emiliano Zapata

Zapata fue la figura de la Revolución; representaba al mexicano humilde, campesino y con poca instrucción escolar. Su participación en el movimiento revolucionario se dio por la persecución porfirista hacia la Junta de Cuautla que lo llevó a México como parte del ejército.

Emiliano Zapata fue un defensor de las tierras, principalmente en Morelos, su estado natal; en 1909 fue nombrado jefe de la Junta de Ayala y distribuyó las tierras entre los campesinos. Simpatizante con la figura de Madero, en 1911 se adhirió al plan de San Luis y fue designado jefe supremo del movimiento revolucionario del Sur.

Siempre partidario de la causa de los campesinos y el reparto de tierras, comenzó a tener discrepancias con Madero, quien exigí­a el desarme de las guerrillas, mientras que Zapata reclamaba la distribución inmediata de la tierra.

Por la nula apertura de la reforma al asumir Madero el poder, Zapata elaboró el Plan de Ayala en el que declaraba al presidente incapaz de cumplir los objetivos de la Revolución. Así­, la Reforma Agraria se convertirí­a en una prioridad y en el motivo para la renuncia de Madero.

Al asesinato de Madero, Zapata se unió a los constitucionalistas liderados por Venustiano Carranza, quienes luchaban contra los huertistas. Fue nombrado jefe de la Revolución y derrotó a Victoriano Huerta en 1913. Junto a Francisco Villa, ambos representantes del movimiento agrario, peleó contra Carranza.

Las ideas de Zapata comprendieron la creación de comisiones agrarias, estableció la primera entidad de crédito agrario en México e intentó convertir la industria del azúcar de Morelos en una cooperativa.

Zapata fue traicionado por Jesús Guajardo y asesinado en la Hacienda de Chinameca, Morelos, en medio de una emboscada.

Francisco Villa

Francisco Villa

Doroteo Arango, nombre real del revolucionario, llevaba ya varios años perdido en las montañas cuando estalló la Revolución. Pancho Villa se unió a las filas de Madero para luchar contra el dictador Porfirio Dí­az, para lo que formó su propio ejército en el norte de México y con el que contribuyó al triunfo de la causa.

En 1912, Victoriano Huerta lo mandó a encarcelar por sospechar su participación con Orozco en defensa de los derechos de los campesinos. Huyó a Estados Unidos y, tras la muerte de Madero, volvió a México y formó el nuevo ejército: la División del Norte (1913).

Al mando de este nuevo grupo apoyó la lucha de Zapata y Carranza contra Huerta. Juntos abatieron al dictador en 1914. De la mano de Zapata, volverí­an a tomar las armas, ahora, contra Carranza, quien los habí­a traicionado, pero el general ílvaro Obregón derrotarí­a a los villistas para que Carranza se consolidara en el poder.

Cuando Carranza perdió la silla, en 1920, Adolfo de la Huerta le ofreció a Villa una amnistí­a y un rancho en Chihuahua a cambio de que se retirara de la vida polí­tica. Murió en 1923 durante el mandato de ílvaro Obregón.

Venustiano Carranza

Venustiano Carranza

Primero como maderista, Venustiano Carranza fue una figura activa en la Revolución como ministro de Guerra y Marina y gobernador de Coahuila. Al asesinato de Madero, en 1913, Carranza proclamó el Plan de Guadalupe con el que desconocí­a el gobierno de Victoriano Huerta al tiempo que se nombraba Primer Jefe del Ejército Constitucionalista, por siempre apegarse a la Constitución y a la restauración del orden.

Durante su lucha contra Huerta se hizo de la ayuda de los caudillos del norte: Obregón y Villa, y de Emiliano Zapata quien controlaba la zona sur. Cuando en 1914 Huerta abandonó la presidencia, Carranza entró victorioso a la ciudad de México, pero diferencias con el resto de los jefes revolucionarios los llevaron a declararse la guerra.

Entre las acciones de Carranza destacan las disposiciones agrarias, fiscales, laborales, judiciales y en materia de recursos petrolí­feros y mineros. Instituyó el municipio libre, legalizó el divorcio, estableció la jornada máxima de trabajo y el salario mí­nimo. Además de elaborar la nueva Constitución de 1917, vigente hasta el dí­a de hoy. Fue asesinado en una emboscada en Puebla en mayo de 1920. Con información de Cultura colectiva.

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