EDITORIAL.- Es sin lugar a dudas uno de los cuerpos más criticados en México, la policía municipal siempre está en el punto de mira y en la mayoría de ocasiones los comentarios que despierta entre la ciudadanía no son precisamente agradables. Es lógico, cuando en numerosas ocasiones sus actos son reprobables y su ejemplo dista mucho del que deberían dar portando un uniforme. Por eso desde que César Gutiérrez llegó a la presidencia municipal  insistió en crear un cuerpo de policía que se presentara ante la sociedad con otro talante. Que despertara el orgullo de los neorrositenses y que aportara al ciudadano seguridad, empatía y amabilidad.
No era fácil la labor, porque la desconfianza es grande, pero hay que reconocer que lo que empezó con una campaña para que los agentes de policía tuvieran la indumentaria necesaria, correcta, elegante y su imagen fuera diferente, está dando sus frutos. Se adquirieron nuevas y modernas patrullas, se capacitó a la policía en atención al ciudadano, y se dejó todo bajo la dirección de Damian Villarreal Flores con la contínua supervisión de César Gutiérrez. En definitiva, se logró en apenas cinco meses que la policía de Nueva Rosita ejerza como lo que siempre debieron ser, verdaderos servidores públicos.  Algo a lo que ya estábamos acostumbrados con Federico Méndez pacheco y Protección Civil, pero que ahora también se puede decir de la policía municipal.
Cuando la policía hace su trabajo de prevención y seguridad ciudadana, el orgullo de la ciudadanía vuelve a presentarse en forma de cariño. El mayor ejemplo es la fotografía que lidera esta editorial, policías de Nueva Rosita sacan agua de una vivienda ayudando a la ciudadanía.
Así la policía pone el ejemplo, porque en su palabra jurada de defender al ciudadano entra también en juego la prevención y la solidaridad.
La labor del policía no es solo arrestar o infraccionar, que también son importantes, su misión va más allá. Lograr que los ciudadanos de San Juan de Sabinas vuelvan a tener confianza en sus uniformados, y utilizo en esta editorial la frase “sus uniformados”, porque la policía es parte dela ciudad y debe ser motivo de orgullo, el mismo orgullo que nos invade cuando vemos la foto de este grupo de policías poniendo su mejor esfuerzo por sacar agua de una casa para que esos vecinos no sufran mayores afectaciones dentro de la vivienda.
Esta imagen vale más que mil palabras, una policía modernizada y estructurada para ayudar al vecino en las buenas y en las malas. Una instantánea que genera sensación de orgullo e incluso patriotismo en el que la ve. Una policía que si logra continuar en esta línea tendrá el reconocimiento de todos.
César Gutiérrez lo vio claro desde el principio, sabía la policía que quería, el tipo de hombres que debían conformar esta unidad y por eso desde el inicio de su administración se forjó en la idea de aumentar el número de patrullas, comprar modernas unidades para que el servicio y la imagen fueran de calidad, dar al agente su lugar y aumentar el liderazgo de estos jóvenes trabajadores que están realizando, hasta el momento, una gran labor.
Le pedimos a estos hombres y mujeres que no fallen en el futuro, que sigan con esta línea de amabilidad y respeto. Qué bueno sería no temer a los uniformados, poder consultarles una dirección sin esperar algún mal gesto, pedir ayuda con confianza, quitar de una vez por todas esa imagen de prepotencia en estos servidores públicos… qué bueno sería que no se hable de mordidas y dejar todo eso en el pasado.
Qué bueno es ver como ayudan a cruzar la calle, como lucen con orgullo sus uniformes pulcros, como se desplazan en unidades preparadas para dar una rápida respuesta, como sus modales cambiaron, como aumentan los arrestos, como se respira más seguridad.
Así la policía es honorable, y seguro que será más respetada, así seré el primero en pedir ayuda a un uniformado cuando la necesite, con la plena confianza de que el policía responderá a la altura de las circunstancias y cuando el ciudadano cometa una infracción y sea requerido por ello, nadie podrá negar su propia culpa en caso de haberla cometido, se asumirá y el agente tendrá autoridad y criterio para fomentar el orden y la paz, ante la mirada de una ciudad agradecida.