filesMúzquiz , Coah.- De todos es sabido lo difí­cil,  pesado y peligroso que es el  oficio del minero y más cuando esta labor se realiza en los llamados pocitos de carbón, jornadas de trabajo de  más de diez horas, con medidas de seguridad casi nulas, son pozos con un metro de diámetro; los propios mineros los van formando con sus palas y sus pistolas de aire. En busca del manto carboní­fero, escarban entre 30 y 70 metros en forma vertical y luego comienzan las ramificaciones que, en lenguaje minero, se llaman cañones.

Cada cañón tiene una anchura cercana a los dos metros y la altura varí­a de acuerdo a la calidad del terreno, aunque la mayorí­a de las veces los mineros están obligados a caminar agachados, con cargadores en el cinturón que sirven como soporte de las carretillas, pues a este duro trabajo se tuvo que enfrentar Enedelia Garza,  la “Chatita” Garza después de quedar viuda y con nueve hijos a quienes debí­a de mantener y sacar adelante, originaria y vecina de Barroterán, de carácter fuerte y con el instinto protector de Madre, y aun con el dolor de haber perdido a el amor de su vida y padre de sus hijos,  tomo un decisión que fue muy criticada, por algunos sectores de la comunidad, pues no era común ver a una mujer trabajando entre hombres en las entrañas de la tierra.

Las crí­ticas y comentarios  nada le importaron a la chatita Garza : “Estaba sola con mi tristeza, pero también con nueve chilpayates que tení­an que salir adelante, se me presentó esta oportunidad de entrarle a los pocitos y me dije, pues por aquí­ se van los que me critiquen, a mí­ lo que me importo fue luchar por mis hijos y así­ lo hice por más de 20 años, nunca tuve un problema con nadie me di a respetar y estoy orgullosa y agradecida de haber sido minera”.

Por este ejemplo de lucha, superación y sobre todo por ese amor hacia sus hijos la “Chatita” Garza fue condecorada con la presea mama fuera de serie 2014 del gobierno del estado lo que llena de orgullo a el municipio de Múzquiz.

DEJA UNA RESPUESTA