Editorial.- El director de seguridad publica en San Juan de Sabinas, Rolando Noé Fernández Martínez, detonó un arma apuntando al aire en el día de hoy. Los periodistas ubicados en el lugar para cubrir la aparición de un cadáver junto a una carretera, afirman que el jefe policiaco le disparó a un Dron que utilizaban los periodistas para documentar desde otra perspectiva el hallazgo del cuerpo sin vida.
Horas más tarde la Secretaría de Seguridad Pública lanzó un comunicado en el que dijo que “el arma que accionó es un rifle de aire, tipo deportivo, que funciona con postas o balines. De lo anterior existen las pruebas físicas y documentales respectivas”.
Lo que no aclara nadie es por qué accionó el arma. Sea de aire, de fuego, de postas, de paintball, una hulera, o de las de la feria. Qué motivo es el que fuerza a un jefe policiaco a disparar al aire mientras los periodistas tratan de recopilar información.
Lo preocupante es que en medio de ese despropósito, las risas burlonas del mando policiaco y sus compañeros alrededor también fueron captados por los propios periodistas. Qué puede tener de divertido empuñar un arma y hacerla detonar en dirección al dron de la prensa escrita.
Julio Long, alcalde de Nueva Rosita, que hasta el momento está desempeñando una loable labor al frente de su administración, no debe ser manchado lo más mínimo por la actuación caprichosa de uno de sus funcionarios. Pero debe actuar con contundencia.
Estamos en un país en el que la profesión de periodista es de alto riesgo, cada año mueren decenas de comunicadores, y en el que por desgracia la de oficial de policía está infravalorada socialmente en la labor que deben realizar. Es por este motivo que hay que condenar de manera enérgica la actuación de Rolando Noé Fernández Martínez. Para que los policías de las nuevas generaciones entiendan que hay límites en el uso de las armas. ¿Fue grave lo que hizo? Sí, y mucho. No se puede tolerar que nadie detone un arma de esa forma en un estado de derecho como en el que vivimos sin que haya un castigo por parte de sus superiores, e insisto, sea de balines, de aire, de paintball o mucho peor de fuego.