1563007900_001270_1563016882_noticia_fotogramaWashington / Nueva York.- Una vigilia colectiva ha reunido a miles de personas en distintos puntos de EE UU y de varios países para pedir al Gobierno del presidente Donald Trump el cierre de los centros de detención de inmigrantes. Las concentraciones, celebradas esta pasada noche en puntos clave de la frontera con México, Washington, Florida, Texas o Nueva York, preceden a las redadas anunciadas por Trump para deportar a cerca de 2.000 indocumentados, previstas para este domingo.

En Washington, centenares de personas se concentraron en Lafayette Square, una plaza a escasos pasos de la Casa Blanca, en respuesta a una convocatoria celebrada 10 días después de que una auditoría a estos centros denunciara las condiciones de hacinamiento en las que se encuentran los detenidos.

“¡Libérenlos ahora!”, ha sido el grito repetido este viernes por miles de personas que marcharon junto a la frontera de Estados Unidos con México para exigir a Trump el cierre de los centros de detención. Muchos niños cubiertos con mantas de emergencia, las de color aluminio que reciben los indocumentados detenidos, iban al frente de la marcha que llegó hasta el edificio administrativo del punto fronterizo de San Ysidro, California, el más cruzado en todo el mundo. “Cierren los campos de concentración”, “no somos nazis”, se leía entre las muchas pancartas. También apareció un pequeño globo del baby Trump.

Cientos de personas se han manifestado en Florida para denunciar las situación del centro de internamiento de menores denominado Refugio Provisional Homestead, que alberga a unos 2.000 inmigrantes indocumentados. La movilización se ha visto reforzada por el anuncio de Trump del inicio de redadas contra inmigrantes este mismo fin de semana.

“Clases, no jaulas”, coreaban los manifestantes en Washington, entre los que se contaban activistas, maestros, inmigrantes, religiosos y la congresista demócrata Norma Torres, nacida en Guatemala. “Todos aquí somos americanos, todos aquí vinimos a buscar un futuro mejor y no es criminal venir aquí a pedir asilo”, dijo en español Torres al dirigirse a los asistentes

Ingrid, una mujer que llegó hace seis meses a EE UU acompañada de sus pequeños de cuatro y seis años de edad, narró cómo lo arriesgó todo para entrar a este país procedente de Honduras. Gerson Quinteros, un joven salvadoreño que a los nueve años estuvo en un centro para inmigrantes a la espera de reunirse con su madre, a quien para entonces no veía desde hacía un año y medio, relató su experiencia en ese lugar y su llanto de terror.

Los organizadores estiman que la protesta en Washington congregó a cerca de 2.500 personas, y destacaron que se replicó en otros puntos de Estados Unidos, además de países como México, Australia, Costa Rica, según la página web de la convocatoria.

Los centros de detención de inmigrantes están bajo el escrutinio público después de difundirse informes independientes y del propio Gobierno que advierten de hacinamiento y condiciones insalubres. Este viernes, el vicepresidente de EE UU, Mike Pence, recorrió el centro de detención Donna, cerca de la localidad texana de McAllen para mostrar ante las cámaras las condiciones del lugar.

Hace 10 días, la Oficina del Inspector General del Departamento de Seguridad Nacional (DHS) reconoció, tras una visita realizada en junio, hacinamiento extremo, estancias largas y riesgos para la salud en los centros de la Patrulla Fronteriza en el sur de Texas.

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