WhatsApp Image 2019-10-06 at 8.42.04 PMCon el vil asesinato de un ejidatario hace unos días en el Ejido Agujita de Sabinas, se ha vuelto a poner sobre la mesa una problemática que está afectando a ejidatarios de todas las comunidades rurales en la región carbonífera. Los robos son constantes e interminables en los ejidos. La nula reacción policial y el tiempo que tardan en llegar cuando lo hacen, sumado a lo improductivo de presentar una denuncia de robo por una carretilla, talaches, maquinas podadoras, cableado, etc. Hacen que los hurtos en los ejidos queden impunes.

El problema mayor es cuando se dan situaciones como la acontecida en Agujita donde un ejidatario honrado pierde la vida de manera cobarde. Hasta 12 horas tardan en encontrar el cuerpo porque nadie de las autoridades policiacas se toma el tiempo de patrullar esas zonas alejadas.

Es por esto que los ejidatarios piden desde el desorden de sus agrupaciones que alguien voltee a verlos. Que se cree una policía ejidal que pueda reaccionar de manera rápida y que prevenga situaciones de peligro para los vecinos de lugares alejados.

Si no, el remedio puede ser peor. Que se acaben generando vecinos en autodefensa para proteger sus ejidos. Si llega a ocurrir esto, no será porque no avisaron con tiempo a las autoridades. Hay algunos que pretenden adquirir radios de comunicación para estar comunicados de forma frecuente y en caso de que algún extraño entre a la comunidad, enseguida todos se enteren.

Son personas que duermen en las noches obscuras en medio de terrenos poco habitados. Que ahí tienen su vida, su negocio, su ganado, sus tierras. Que deberán protegerlas a como de lugar. En los ejidos se sustenta la agricultura, la ganadería de nuestra región y en cambio, parecen lugares olvidados o inmersos en la miseria. Ellos lo tienen claro, necesitan de una policía cercana y con capacidad rápida de reacción.

Para lograr esto piden se pueda destinar una patrulla a cada ejido, como si de una colonia más se tratara. O crear un departamento de la policía que trabaje para la defensa de los ejidatarios y de sus propiedades. No esperemos, para tomar una decisión firme, a que sigan apareciendo cadáveres con tiros en la cabeza a un lado del camino. Protejan los ejidos, porque la seguridad es su mayor anhelo.

 

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