Hoy internet deja de ser un derecho y se convierte en un bien privado. La Comisión Federal de Telecomunicaciones (TCC por sus siglas en inglés), dio el tiro de gracia para tumbar la tecnología que en teoría liberaría las marcadas diferencias en la humanidad, han matado una libertad que debió considerarse como un derecho y los mexicanos, seremos posteriormente afectados, lo queramos o no, de muchas formas.

Incluso en el modo en que nos divertimos.

Tras la resolución de acabar con la neutralidad de internet, muchos puntos se ponen sobre la mesa, para el caso de México nos queda esperar como se desarrollará a posterior, lo que sí podemos hacer es imaginar un panorama que a toda luz, está cercano a ocurrir y por supuesto, nos debería preocupar.

A inicios de la década de los noventa, internet llegó a los hogares y prometió que prácticamente podríamos tener toda la información creada y compartida por la humanidad, casi en tiempo real. Desde su popularización, los datos intercambiados entre los seres humanos se multiplicaron como nunca en la historia.

En teoría los países pobres tendrían las tecnologías de primer mundo al alcance de su mano, -o al menos esa era la idea- y sus vidas mejorarían. Aún hoy, estamos lejos de ello, pero nos encontrábamos en camino de hacerlo. La resolución del TCC, acabó con toda oportunidad de lograrlo.

Puede que al inicio, ni siquiera lo notemos: Podremos usar Facebook, Youtube, abrir periódicos o portales de noticias por igual. Incluso podremos seguir viendo Netflix. Pero paulatinamente todo eso terminará, pues internet ya es un bien privado, y por utilizarlo, tendremos que pagar más. Esto va más allá de la renta mensual que pagamos, con servicios telefónicos y quizá otros incluidos.

Lean bien estas palabras, internet nunca será tan caro como ahora.

La muerte de la neutralidad de internet quita el derecho a las personas, de recibir un servicio “homogéneo” en el que podamos acceder a todo lo que hay en internet. Ahora, las compañías que brindan esos servicios podrán decidir qué limitarnos, dónde dejarnos navegar e incluso, si lo quieren, cobrarnos un extra, por hacer algo que hoy nos parecía normal.

Digamos, ver un video en Youtube, una película en Netflix, o entrar a nuestro periódico favorito. Las compañías pueden controlar internet, y podrían hacerlo –de entrada- en dos modalidades, ambas aterradoras, y que seguro dejarán enojados a muchos de nuestros lectores.

Limitar los datos de navegación.

Al igual que en los celulares, los paquetes que compremos en internet fijo, podrían ser limitados severamente. Nos podrían vender ideas falsas de “No pagues más internet del que utilizas”. Apunten estas palabras, esas podrían ser las primeras grandes artimañas del atropello contra la humanidad que hoy se cometió.

Entonces, comenzaremos a navegar, en apariencia sin problemas. Prendemos Netflix y de pronto a media película una leyenda que dice: “Terminaste tus megas”, deberemos pagar más por seguir viendo contenidos.

Y el streaming de video será muy costoso pues consume muchos datos. Al igual que Youtube, o enviar correos electrónicos con archivos pesados. Cada cosa que hagamos en internet se acabará un paquete predeterminado, será muy caro.

Limitar las páginas que podemos navegar.

Otra posibilidad sería que las prestadoras de servicio armen paquetes que contengan servicios “ilimitados” y una cantidad de megas para navegar en otros sitios.

Imagina un paquete que diga: “Facebook, Twitter, Instagram y Youtube ilimitados más 3 GB de navegación por 499 pesos al mes”. Esto querría decir que al entrar a Netflix, consumiríamos GB; y con el peso del streaming posiblemente podríamos ver una película, y agotar nuestros datos.

Entonces encontraríamos otro paquete que incluya todo lo anterior y Netflix ilimitado… por 699 pesos al mes. La muerte del internet neutral, trae consigo una terrible posibilidad de que las empresas, decidan limitarnos el acceso a internet como ellas decidan. Y también a cobrarnos como les plazca.

Ante todo, el panorama es terrible. Internet era considerado un derecho humano, porque, por supuesto, Netflix no es un bien básico para la humanidad, pero la información en los periódicos, y sitios académicos (por ejemplo), sí.

Y ahora, ellos decidirán cuánto podremos ocuparlos. Internet se convirtió, en una terrible mina de oro. Hoy se cometió un atentado, contra la humanidad.

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