HIPERTEXTUAL.- La imagen que pueden ver sobre estas líneas podría ser perfectamente de una plataforma petrolífera o una construcción improvisada para investigación marina. Sin embargo, se trata de Sealand, una de las micronaciones más famosas del mundo y que se encuentra situada a unos diez kilómetros de la costa de Suffolk, en el sur de Inglaterra. Y es precisamente de este tipo de micronaciones de las que queremos hablar hoy en Hipertextual, explicando las características que las definen como tales, un poco sobre la historia de las más notorias y su relación con el resto del mundo.
Las historias detrás de la formación de micronaciones varían desde protestas políticas, simples actos de rebeldía o una forma de ganar notoriedad.
Lo primero es lo primero. ¿Qué es una micronación? Debemos hacer una clara distinción entre micronaciones y naciones que son pequeñas en términos de territorio. Por ejemplo, la Ciudad del Vaticano o el Principado de Mónaco no son micronaciones, mientras que Sealand o la República de Molossia sí lo son. La principal diferencia es que las primeras cuentan con el reconocimiento de los gobiernos mundiales u organismos internacionales, mientras que las micronaciones carecen de dicho reconocimiento. Esta distinción es clave, y es el objetivo final de cualquier micronación: poder ser reconocidas por el resto del mundo.
La segunda clave con las micronaciones es que para potenciar ese sentimiento de independencia y reconocimiento ante el resto del mundo hacen acciones y crean instrumentos que cualquier otro país haría, como crear su propia bandera, emitir su propia divisa, o dar documentación propia a sus ciudadanos, entre otros, para legitimar y dar un aspecto de mayor realidad a su estado de independencia. Desafortunadamente, todos estos intentos de demostrar que una determinada micronación es un asunto serio son raramente reconocidos más allá de sus fronteras.
Por último, una característica que definen a las micronaciones suelen ser la poca superficie que ocupan, aunque hay claras excepciones como Hutt River en Australia, y generalmente hablamos de territorios inferiores a 0.01 km2. Esto es clave, y en cierto modo algo muy inteligente ya que en la mayoría de casos, son terrenos tan insignificantes en tamaño y utilidad para el gobierno soberano en el que se encuentra que éste último no destina demasiado recursos para recuperarlo y la micronación puede existir, mientras que si fuera un terreno más extenso o con más utilidad para dicho gobierno sí le importaría volver a ganar control sobre el.
Ya hemos visto qué son y cuáles son sus características más importantes.Ahora veamos algunos ejemplos actuales de cómo algo que a muchos les parecería totalmente rocambolesco ha ocupado su lugar en la historia, aunque sea de manera no oficial.
Principado de Sealand
El caso más famoso a la hora de hablar de micronaciones: una antigua fortaleza marina del ejército británico dejo abandonada y que Paddy Roy Bates, un locutor de radio pirata, tomó en 1967, y cuya constitución fue “aprobada” en 1975, el Principado de Sealand ha sobrevivido a una invasión, falsificación de sus pasaportes empleados posteriormente en asuntos de la mafia e incluso un incendio que amenazó con destruir el territorio de Sealand. Actualmente reina en Sealand el Príncipe Michael, hijo del Príncipe (Paddy) Roy, y también puedes visitar su página web en la que explica más detalladamente su historia o recientes noticias.
Principado de Hutt River
El Principado de Hutt River se encuentra en Australia Occidental, y goza del privilegio de ser la mayor micronación del mundo, con 75 km2 de extensión. Surgida el 21 de abril de 1970, actualmente cuenta con más de veinte mil ciudadanos y surgió como aplicación de una antigua ley británica (la Treason Act) en respuesta a una disputa con el gobierno australiano por una ley de cuotas de producción de trigo. Tras intentar derogar esta ley, las cinco familias con granjas en Hutt River recurrieron a la Treason Act para independizarse de Inglaterra y mantenerse fiel a la reina Isabel II. Actualmente sigue existiendo sobreviviendo del turismo y la venta de souvenirs mientras el gobierno australiano intenta acabar con ella por la vía legal. Digna de curiosidad es también su página web, cuya estética es nostálgica al amanecer de Internet.
República de Molossia
La república de Molossia es el claro ejemplo de algo iniciado y que no fue parado a buen tiempo. Surgido originalmente como el proyecto infantil la Gran República de Vuldstein en 1977 creado por Kevin Baugh y James Spielman, la República de Molossia fue fundada en 1999 por el propio Baugh en el estado de Nevada, y cuenta con un terreno de 5.8 hectáreas, un Protectadorado en Pennsilvania y una Provincia en el sur de California, asi como una reclamación de terreno sobre el planeta Venus (Vesperia) y en el Océano Pacífico (Neptune Deep). Molossia ha estado involucrada en dos “guerras”, contra Alemania del Este y contra la nación de Mustachistán (otra micronación), y cuenta con detalles como sus propios puestos fronterizos y carteles avisando de que esta entrando en “territorio molossiano”.
Imperio de Aerica
Otro ejemplo curioso. El Imperio de Aerica no cuenta con territorio propio per se, más allá de una casa en Montreal (Canadá), propiedad de Eric C. Lis, actual emperador del Imperio, pero aún así reclama diversos territorios, como un terreno en Marte, la parte norte del planeta Plutón, o un planeta llamado Verden (el cual no existe), contando con unos 400 ciudadanos, según el último “censo” en 2009. Su emperador apela al Imperio de Aerica como una puerta para alcanzar una sociedad mejor,, y su principal “atractivo turístico” es el juego, concretamente los juegos de rol de estrategia. En su página web puedes ver desde su historia hasta rellenar una aplicación de ciudadanía, por si quieres formar parte del Imperio.
Reino Gay y Lésbico de las Islas Mar de Coral
Sí, el nombre es correcto. Fundado el 14 de junio de 2004 por un grupo que reclamó el territorio de las Islas del Mar del Coral y declararon su secesión de Australia, el Reino Gay y Lésbico de las Islas Mar de Coral proclamaron su independencia tras navegar hasta la isla más grande e izar allí la bandera del arco iris. Uno de los miembros del grupo, Dale Parker Anderson, fue declarado emperador bajo el nombre de Dale I. Este Reino surgió como un protesta simbólica de la prohibición de los matrimonios homosexuales por parte del parlamento federal australiano. Hay muchos datos curiosos sobre este reino, como que actualmente se encuentra deshabitado o que en 2006 emitieron sus propios sellos para ganar notoriedad, pero mi favorito sin duda es el himno nacional de este reino, el cual es una canción de Gloria Gaynor, y cuya letra es clave para definir su Reino y ciudadanos.
Aparte de estos casos, hay otras micronaciones como la Bjorn Socialist Republic, el Reino de EnenKio, Christiania, el Reino de Elleore o el Imperio de Copeman, entre otras muchas micronaciones actualmente extintas. Ya sea como caso de estudio político, sociológico y jurídico, o simplemente como cierta curiosidad, las micronaciones atraen mucho la atención del resto del mundo, especialmente por la “facilidad” con la que puedes fundar tu propia nación.