talleres-para-familias-robotica-y-educacion-vial-586x376_tcm1069-381514OPINION.- La educación vial. Un término que muchos conocen pero que pocos ponen en práctica. Ayer me tocó ver una escena espeluznante. Un vehículo salía de reversa de un estacionamiento y otro que venía por la calle le propinó una sonora pitada. Tanto que hizo que todos volteáramos en la calle Amador Chapa de la ciudad de Sabinas. Sobre esa calle, la furiosa conductora, pitaba incesantemente al conductor que intentaba salir en reversa de un estacionamiento. Lo coherente habría sido frenar y dejar que se incorpore el vehículo que está saliendo con poca visibilidad. Pero he notado que hay una cierta tendencia a “acelerar” la marcha cuando vemos que algún vehículo puede salir, esto con el fin de no dejarlo incorporarse, amparados en una falsa sensación de que “yo voy por la libre”.

Quizás la conductora enfurecida de la Amador Chapa tenga razón en pensar que ella tenía prioridad (así es) pero el sentido común, que es el menos común de los sentidos, dice que si el chofer de un carro está saliendo en reversa de un estacionamiento, lo correcto es dejar que se incorpore a la carretera, calle o calzada y que siga su curso. NO ES CORRECTO pisar el acelerador y rebasarlo mientras pito y saco la mano por la ventanilla.

Eso se llama sentido de la educación vial. Se puede llegar a un cruce y dar paso a otro vehículo. No pasa nada. Le puedo asegurar que no perderá su jornada laboral, no llegará más que un minuto después al sitio a donde vaya y además se sentirá mejor consigo mismo.

Ojalá la gente aprenda en la Región Carbonífera que para manejar hay que tener dos cosas muy presentes; el código de circulación y el sentido común. No entiendo que alguien maneje sin saber que en una calle hay ciertas reglas para transitar, pero entiendo menos que alguien no favorezca el desarrollo fluido del tráfico por el mero hecho de que “yo voy por la libre”. Hay que dar paso a los conductores que lo requieran por sentido común, hay que dar paso a los peatones que estén cruzando, hay que ser socialmente coherentes cuando se tiene un volante entre las manos.

PROBLEMAS DE ADMINISTRACIÓN

Si a todos estos problemas le sumamos la inoperancia de las administraciones municipales, se genera un problema serio. Por ejemplo, no hay prácticamente un paso peatonal en Sabinas. Pasas por el CBTIS 20 y los alumnos cruzan por donde hace tiempo se pintaron unas líneas. Ahora no existen y se supone que los conductores tienen que conocer de memoria por donde pasaban esas franjas en la calzada. ¿Ni para un poco de pintura tiene esta administración? No lo creo, eso se llama desidia, indolencia o desgana.

Otro ejemplo significativo es el de la Calle Zaragoza en Sabinas, genial pavimentación que se hizo. La calle está muy bien. (Aunque hace unos meses parecía calzada romana) y ahora que está perfectamente pavimentada los conductores se creen que van por una autopista. Hagan la prueba, circulen a una velocidad normal para el interior de un centro urbano y le puedo asegurar que lo rebasarán a toda velocidad en al menos dos ocasiones antes de acabar de transitar la calle. Para esto, ningún reductor de velocidad en una calle con un kínder, una escuela, un centro médico… en fin, esperemos que Temo solucione el desastre en ese sentido.

Señoras y señores, seamos coherentes en el manejar. Es cierto que la señalización no es la adecuada, que las calles están mal y un largo etcétera. Pero la conciencia vial, la educación que todos parecen tener al abrir la puerta del Oxxo para que otro pase, la pierden inexplicablemente con un volante en las manos.

Como ya he dicho, seamos respetuosos manejando. Coherencia, y sentido común… el menos común de los sentidos.

 

 

DEJA UNA RESPUESTA