Nueva Rosita, Coah.-

A casi una semImagen1ana de la tromba que sacudió los municipios de Sabinas y San Juan de Sabinas, siguen apareciendo casos de angustia, desesperación e inquietud entre los afectados por las lluvias, principalmente de quienes perdieron todo, y volver empezar de nuevo, simplemente no es fácil.

Tal es el caso de la señora Marí­a Magdalena Andrade Aguilar, quien vive en la colonia Antonio Gutiérrez, antes mina 7 en Nueva Rosita. Quien para proteger a sus dos hijos con capacidades especiales utilizó una pequeña mesa de madera para ocultarse de la furia de la naturaleza, pues a su paso voló las láminas y barrotes de su humilde vivienda.

Con un nudo en la garganta que por momentos le impide seguir hablando, la mujer ya de edad avanzada asegura que jamás habí­a vivido una situación similar.

“Mis hijos lloraban y yo nomas veí­a como el viento se llevaba lamina tras lamina, barrote tras barrote”, afirma.

“Pero eso no me importaba, yo solo querí­a que no les pasara nada a mis niños”, asegura al referirse a los dos jóvenes de 33 y 35 años de edad respectivamente, quienes debido que al nacer no tuvieron la suficiente oxigenación en el cerebro, esto les ha provocado padecer una deficiencia motriz.Imagen6

Doña Marí­a Magdalena recientemente perdió su empleo, en una empresa maquiladora de la ciudad de Nueva Rosita, y es que el menor de sus hijos, estuvo internado, y como nadie podí­a hacerse cargo de él tuvo que dejar el empleo.

“Tengo otra hija, que es la que me ayuda, y me da de comer”, explica al referirse al cuarto miembro de la familia, al momento que una lagrima rueda por su mejilla, en señal de timidez.

Aun y cuando sus dos hijos presentan deficiencia para poder hablar bien, tienen lucidez, y se han ido integrando a la vida cotidiana, “Aquí­ todos los conocen desde chicos”, advierte la mujer, quien asegura que no le hacen daño a nadie, incluso se acomiden y en ocasiones hacen “mandados” a los vecinos.

Confiada en Dios y la bondad de la gente, Doña Marí­a Magdalena espera algo de ayuda para poder levantar sus techos, y darles la seguridad y el resguardo que sus niños (como les dice ella), necesitan para estar tranquilos.

La vivienda se encuentra ubicada en la calle San Patricio número 1597, de la colonia Antonio Gutiérrez, antes Mina 7 en Nueva Rosita.

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