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INFOBAE.- El hecho ocurrió en la tarde del domingo cuando el niño jugaba en un patio de cemento de su residencia, en el sur de Brasil. Es una región urbana en la que, según los familiares del menor, no es común ver serpientes.

Lorenzo fue inmediatamente conducido a un hospital de Mostardas ante el temor de que hubiese sido mordido, pero los médicos no constataron ninguna herida ni sí­ntomas de envenenamiento y dijeron que el menor estaba en perfectas condiciones.

Los médicos del hospital Sao Luiz fotografiaron la serpiente, al parecer una crí­a de alguna especie del género yarará o yararaca (Bothrops), con la intención de que algún centro de investigaciones pueda identificarla a partir de la imagen.

En declaraciones a la radio Gaúcha, la madre del niño, Jaine Ferreira, aseguró que extrañó el largo silencio de su hijo y fue a ver qué hací­a en el patio cuando lo encontró con la cobra en la boca y el animal aún debatiéndose para intentar soltarse.

La madre agregó que el menor tení­a sangre en la boca y en las manos y que, como si se tratase de uno de sus juguetes, no querí­a soltar al ofidio, por lo que tuvo que pedir ayuda a su marido para obligarlo a abrir la boca.

Según Ferreira, el mordisco fue muy próximo a la cabeza del animal lo que impidió que la serpiente lo atacara.

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