tatuajes-nota-240914EDITORIAL.- Hace unos dí­as una nota saltaba a la luz de los medios de comunicación luego de que el Partido Revolucionario Institucional (PRI), en la Asamblea Legislativa del Distrito Federal (ALDF), propusiera una serie de modificaciones al Código Penal para esta capital. Quienes violen los derechos de personas tatuadas en el Distrito Federal, al negarles trabajo o el ingreso a establecimientos podrí­an enfrentar hasta tres años de prisión.
Esta iniciativa, aplaudida desde muchos sectores de la sociedad, fue presentada por el diputado Fernando Mercado, que propuso cambios al artí­culo 206 del Código Penal para imponer sanciones que van desde la multa de 50 dí­as de salario mí­nimo hasta de uno a tres años de cárcel a quien violente los derechos de estas personas por presentar modificaciones corporales.
Son muchos los casos en los que por un tatuaje una persona no puede optar a un puesto laboral, siendo esta una clara discriminación. Sin ir más lejos incluso en el ejército no está permitido el acceso si el joven tiene tatuajes, o en cientos de maquiladoras ocurre lo mismo. Cuando alguien decide decorar su cuerpo con un tatuaje es inmediatamente juzgado por la sociedad como un “delincuente”, siendo esto algo que debe quedar en el pasado y evolucionar a los tiempos modernos en los que vivimos.
Cuando alguien viaja a Estados Unidos descubre que el tatuado está en cualquier sitio, bancos, policí­a, border patrol, ejército, tiendas de conveniencia, fábricas… y nada ocurre, nadie juzga por el hecho de tener el cuerpo decorado con pintura.
Esta discriminación, que se practica desde siempre en nuestro paí­s, ya está dando los primeros paso para ser relegada a lo que debe ser, un sistema anticuado de selección de personal.
El tatuado es una persona normal, que ve en esta forma de expresión corporal un modo de vida, que le gusta decorar su cuerpo con motivos cargados de significado personal y a veces emotivo que solo esa persona conoce. unnamed-1-550x388
Hay tatuajes con nombres de los hijos, con familiares que se adelantaron en el camino, con frases que adquieren un especial significado en cada uno de sus cuerpos… hay tatuados que si de jóvenes decoraron su cuerpo y luego se arrepienten, no deben pagar el peso de sus decisiones durante toda la vida con una marcada discriminación laboral o personal.
Hace poco un joven me comentaba que él tení­a los brazos tatuados porque lo entendí­a como una forma de vida, porque le gustaba. No aceptaba por qué tení­an que prohibirle el acceso a una maquiladora únicamente por tener tatuajes en sus brazos. “Qué diferencia hay entre yo y cualquier otro trabajador, si incluso yo trabajo más duro” me comentaba. Y además insistí­a en que muchos directivos de empresas que llegan de los “Estados Unidos tienen algún tatuaje, pero ellos como son gí¼eros no sufren discriminación”.
Hay que tener en cuenta que la persona es válida o no para desempeñar un trabajo por sus cualidades y eficacia, no por el hecho de tener un tatuaje es alguien incapaz o deleznable, esto es algo totalmente secundario que todos deberí­amos tener en cuenta.
El diputado priista Mercado Guaida aseguró que de manera arbitraria la condición de las personas con modificaciones corporales es atropellada en sus derechos humanos y garantí­as constitucionales.
En mayo pasado, el Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación inició una queja de oficio en contra de la aerolí­nea mexicana Interjet por “probables actos de discriminación por apariencia y tatuajes” a los integrantes del grupo de rock Panteón Rococó.
Los músicos denunciaron entonces que personal de la aerolí­neales condicionó a cubrirse los tatuajes en los brazos para abordar un vuelo en Ciudad Juárez. La respuesta de Interjet a la queja fue que se trataba de un “error de criterio” por parte de uno de sus trabajadores.
“Es mostrarle a la gente que los tatuajes o tu apariencia no te hace mejor, ni peor persona, como el ponerte una corbata tampoco lo hace”, apuntó a CNNMéxico el vocalista de Panteón Rococó, Luis Rom1281520256363_fán.

“Es mostrarle a la gente que los tatuajes o tu apariencia no te hace mejor, ni peor persona, como el ponerte una corbata tampoco lo hace”, apuntó a CNNMéxico el vocalista de Panteón Rococó, Luis Román.

En 2013, el Conapred también recomendó al parque de diversiones Six Flags modificar su código de vestimenta para el ingreso a sus instalaciones al sur de la Ciudad de México, donde se prohibí­a el paso a gente con tatuajes visibles.
El legislador capitalino señaló que la iniciativa es producto de un estudio de investigación, motivado por los propios ciudadanos que son ví­ctimas de discriminación por traer modificaciones corporales.
Es bueno recordar que cualquier discriminación, sea cual sea, es perjudicial para el buen desarrollo de un paí­s, al menos en el DF ya están tomando cartas en el asunto.

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