INFOBAE.- Hitler, el hombre que venció a la muerte, del escritor argentino Abel Basti ha llegado a las librerí­as para sumarse a las cientas de investigaciones que desmienten que el lí­der nazi se haya suicidado en un búnker alemán cuando su paí­s estaba a punto de perder la Segunda Guerra Mundial.

Polémico, Basti sostiene que Adolf Hitler murió en Paraguay, gracias a un “Plan B” ideado en caso de que Alemania no ganara la guerra. Según él, Hitler se trasladó a España en abril de 1945 y desde allí­ viajó a la Patagonia argentina junto a Eva Braunen un submarino con la protección del entonces presidente de facto, Edelmiro Farrell, y de Juan Domingo Perón, su ministro de Guerra, que llegarí­a después al poder.

Durante los dos primeros mandatos de Perón (1946-1955), Hitler habrí­a vivido en una hacienda próxima a la sureña ciudad argentina de Bariloche bajo el nombre de Adolf Schí¼telmayor, de acuerdo con las investigaciones de Basti.

Tras su derrocamiento en 1955,Perón le habrí­a pedido al dictador paraguayo Alfredo Stroessner que acogiera a Hitler en Paraguay donde, según el autor, Hitler habrí­a muerto en 1971 y sus restos habrí­an sido enterrados en la cripta de un búnker subterráneo bajo un edificio hoy ocupado por un hotel.

Además, el libro aborda la relación del dirigente nazi con el ocultismo y su influencia sobre todo el movimiento que llegó al poder en Alemania en el año 1933. El mismo tema aborda el escritor afincado en Bariloche en su primera novela, en la que explora su relación con grupos como la sociedad Thule, fundada como un cí­rculo de estudio de las raí­ces alemanas, volcada en la reivindicación de los orí­genes de la raza aria, y que apoyó al Partido Obrero Alemán, luego transformado en el Partido Nacionalsocialista liderado por Hitler.

Una sociedad, a la que Hitler no perteneció formalmente pero sí­ varios de los altos mandos del nazismo y que, según Basti, “no tomaron la guerra como una contienda entre un bando y otro sino como un gran episodio de transmutación de la humanidad, como una era que terminaba y otra que comenzaba”.

“ES HISTí“RICA LA PERTENENCIA DE DIRIGENTES NAZIS A ESTOS GRUPOS ESOTí‰RICOS EN EL MOMENTO DE ENTREGUERRAS”

“Es histórica la pertenencia de dirigentes nazis a estos grupos esotéricos en el momento de entreguerras”, continúa el escritor, “lo que la novela ficciona es que esos grupos continuaron sesionando durante la guerra”, pese a que oficialmente la sociedad Thule se disolvió tras la llegada de Hitler al poder (1933).

El escritor destaca la relación de este tipo de sociedades con el carácter de Hitler, su supervivencia a numerosos atentados y la creencia en algunos sectores de que tení­a una suerte de “pacto con el diablo” para salvar su vida, de ahí­ el tí­tulo de la novela, “el hombre que venció a la muerte”.

Para Basti, que lleva años estudiando las huellas de Hitler en Argentina y Paraguay, el dictador nazi tení­a una visión mesiánica de su papel en el mundo y lo plasmó en comentarios como el realizado en 1925 y con el que el escritor abre su libro: “La obra que Cristo emprendió, pero que no pudo acabar, yo -Adolf Hitler- la llevaré a su término”.

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