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Sábado 19 de octubre es el dí­a internacional en la lucha contra el cáncer de mama

EDITORIAL.- El cáncer de mama debe dejarse de ver sólo como cifras de mortandad y enfocar su atención igual que una enfermedad crónica degenerativa, que necesita enfrentarse con prevención, cambios de cultura, educación y hábitos, pues en materia de atención y tratamiento México es ejemplo por su cobertura universal. Especialistas del Instituto Nacional de Cancerologí­a también resaltaron que aunado al aumento de casos que se registran cada vez a menor edad, las afectaciones psicológicas y económicas que provoca esa neoplasia maligna son severas. En entrevista, el jefe del departamento de Tumores Mamarios del Instituto Nacional de Cancerologí­a, Juan Enrique Bargallo, subrayó que frente al problema del cáncer de mama, de pronto se pierden de vista las acciones que pueden emprenderse para disminuir el riesgo, que tienen mucho que ver con el estilo de vida. Refirió que el incremento en el número de casos nuevos a nivel internacional en paí­ses desarrollados es de 1.5 por ciento al año, mientras que en economí­as emergentes como México, puede ir entre 3.5 y cinco por ciento, lo cual se potencializará si no se toman esas acciones preventivas a causa de la obesidad que enfrenta el paí­s. En el marco del Dí­a Internacional del Cáncer de Mama, establecido el 19 de octubre, el especialista insistió que se necesita de la reflexión de instituciones y de la población. Con ello será posible que este problema de salud pública, que representa la primera causa de muerte de las mujeres, se atienda como con la visión que también se hace con las enfermedades crónico degenerativas. “El cáncer es una enfermedad más compleja que verla de manera tan simple como las cifras, hoy hay que visualizarla como una enfermedad crónica degenerativa como diabetes, cardiovasculares”, sobre todo porque “hoy no somos tan sensibles ante cifras altí­simas como las de cáncer de mama frente a esas enfermedades”. El especialista sostuvo que lo importante es enfocarse en dichos cambios y aprovechar la infraestructura del sistema de salud para fomentarlos, ni se debe ignorar que es un cáncer que va asociado con otro tipo de neoplasias malignas como el de tiroides, ovario y colon. Agregó que no se debe olvidar que México cuenta con los tratamientos cada vez más adecuados e incluso personalizados que ayudan a que la paciente tenga una mejor calidad y mayor tiempo de vida, que incluso en muchos casos llegan a morir por otro tipo de enfermedad. En ese contexto, comentó que “así­ como ha incrementado su incidencia, también a nivel internacional poco a poco y dependiendo de qué región se hable, ha disminuido la posibilidad de muerte”. Ejemplificó que en 1950 el promedio de supervivencia, más allá de la fase en que se encontraba la enfermedad, era de cinco años en al menos 40 por ciento de las pacientes, y hoy en todo el mundo, no sólo en México, es prácticamente ciento por ciento. Culturalmente, insistió, se debe trabajar más, pues hoy en dí­a hay mujeres que se diagnostican con cáncer y deciden no tratarse, porque creen que es una enfermedad terminal, “cuando ya los tratamientos son más efectivos y dirigidos, con menos efectos secundarios, pero seguimos viviendo en el mito”. Respecto a los costos emocionales que el cáncer de mama provoca, la psico-oncóloga del Instituto Nacional de Cancerologí­a y de la fundación de lucha contra el cáncer Cimab, Sandra González, refirió que hay una serie de pérdidas. Dijo que el impacto inicia desde la detección del tumor y el diagnóstico, lo cual provoca un impacto psicológico en la mayorí­a de los casos, que le provocan estados de ansiedad en mujeres más jóvenes, y en las postmenopausicas hay más depresión. La especialista señaló que uno de los reflejos de este impacto psicológico es el miedo, que muchas veces es lo que provoca no acudir al especialista en cuanto se detectan el tumor, por pensar de inmediato que pueden tener cáncer y lo que esto implica, desde gastos de atención hasta permisos para faltar a su trabajo. Esa situación se ve reflejada en un cambio en su forma de vida, desde la relación con sus familiares, amigos y en el ambiente laboral, pues manifiestan enojo que les provoca distanciamiento y poca comunicación, aunado a problemas económicos, por los gastos que le generará su atención. “El impacto psicológico viene desde que las pacientes se detectan el tumor, que les provoca un estado de ansiedad, que incluso puede limitar incluso a buscar la atención médica temprana, situación que se acentúa una vez que es diagnosticada”, enfatizó la especialista. Agregó que si hay necesidad de que les extirpen el seno, también presentan grandes problemas, pues empiezan a tener menos seguridad y falta de autoestima, depresión, sobre todo las mujeres más jóvenes. Respecto a sus finanzas, refirió que de acuerdo a una encuesta en México, casi nueve de cada 10 mujeres, es decir 86 por ciento, comentó que sus finanzas han sido impactadas negativamente en un nivel alto o moderado como resultado del cáncer de mama avanzado. Además, 74 por ciento comentó que sus percepciones económicas han disminuido significativamente desde el diagnóstico, mientras que la mayorí­a, 85 por ciento, sufrió pérdidas económicas debido a que su enfermedad ha interferido con su capacidad de trabajar.

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