WhatsApp-Image-2018-08-28-at-10.44.53-AMEs inevitable conmoverse en estos días por la historia de un peregrino polaco que está cruzando medio mundo con la única fuerza de sus piernas. Un hombre del que reconozco me gustaría saber más, a qué se dedicaba en Polonia, qué ha sido de su familia, ¿lo apoyan en esta travesía?
Desde luego, el hecho de que no hable más que Polaco, dificulta enormemente conocer en profundidad a este señor que ha levantado muchos comentarios en la Región Carbonífera. “¿Por donde va el peregrino polaco?” preguntaban en redes sociales, mientras que las personas se detenían junto a él para regalarle comida, dinero, agua a cambio de una que otra fotografía para postearla en redes… Y es que la gente de la región es muy hospitalaria con todo el que llega.
Wojciech Jakowiec de 53 años pertenece al movimiento “Peregrinos de la Misericordia de Dios” y es uno de los 22 peregrinos entre hombres y mujeres que iniciaron su recorrido el pasado 04 de mayo con la finalidad de hacer una gran cruz a pie entre Canadá, Estados Unidos y México. Los peregrinos de la misericordia de Dios tienen como finalidad rezar para que el mundo se libere del egoísmo, el odio y la violencia. Ahora rezan por América para que se abra a Jesús y su amor.
Tan sorprendido por su historia y admirado por sus buenas intenciones, no queda más que aplaudir a todos aquellos que se han acercado hasta este peregrino a acompañarlo y a “ayudarlo” en su peregrinar. Su paso por estas tierras debe servir para que todos hagamos un examen de conciencia en la actual situación de nuestro entorno y pongamos los medios para acercar a Dios al mismo. Es decir, como acto de apostolado, su labor empujando el carrito y sus miles y miles de kilómetros ayudan a todos los que conocen su historia.
Pero también nos deja otro importante descubrimiento. En la región no solo el polaco que pasa necesita ayuda y solidaridad.

En redes sociales (Facebook: Eladio Romero Davila) vimos una foto en Nueva Rosita que nos llamó mucho la atención y la FB_IMG_1536075568092reproduzco para ver si de alguna manera este peregrinar también levanta el corazón solidario de todos. Y no estoy usando mal la palabra “peregrinar” para referirme al señor de la silla de ruedas en la puerta de un establecimiento de comida. No conozco su vida, no se su nombre, pero a veces una imagen vale más que mil palabras e intuyo que su vida ha debido ser un constante peregrinar de aquí para allá. Porque en una de las acepciones del diccionario, el citado verbo es “andar de un lugar a otro buscando o resolviendo algo”. Este peregrino, usando el término menos místico del diccionario, parece buscar una moneda, una ayuda, quizás agua… O lo que es lo mismo, busca la misma ayuda que muchos ofrecieron al polaco. ¿Qué diferencia a uno y otro? Que el Polaco lo hace por voluntad propia, y el que pide en una silla de ruedas en la calle (estoy casi seguro) lo hace porque no tiene otra forma de llevar algo de comida a su barriga.

Sirva el transitar del peregrino polaco para darnos cuenta de nuestro entorno, porque para Dios vale lo mismo la ayuda al que camina en busca del fin de la violencia, que al que no camina pero pide por necesidad.

Wojciech Jakowiec de 53 años es el peregrino de la misericordia, misma que debemos tener con todos los que necesitan de nuestra ayuda, y si puede ser, hágalo sin la necesidad de postear en facebook, ese Dios que busca el polaco, se lo agradecerá.

Hebreos 13:2 No os olvidéis de mostrar hospitalidad, porque por ella algunos, sin saberlo, hospedaron ángeles”.

Opinión: Iván Larriba.

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