A pesar de que se había dicho que el rescate duraría varios meses, es probable que se lleve a cabo en los próximos días, debido a las fuertes lluvias que se esperan esta semana.

Los 12 niños tailandeses y su entrenador atrapados en una cueva en el norte de Tailandia han logrado enviar por primera vez cartas a sus familiares, en las que aseguran que se encuentran bien.

En las cartas, colgadas por los buzos militares tailandeses en su página de Facebook, los niños se esfuerzan por dejar claro a sus padres que se encuentran bien y les envían mensajes cariñosos.

“Queridos mamá y papá, no os preocupéis por mí, puedo cuidarme”. Nattawut Takamsai, de 14 años, uno de los doce niños atrapados en la cueva inundada de Tham Luang.

“No se preocupen por mí. Los extraño a todos ustedes: abuelo, tía, mamá, papá y todos. Los quiero a todos. Me va bien aquí. Los hermanos de la Armada me cuidan mucho. Los amo a todos”, escribe un niño apodado ‘Mik’.

“Estoy bien”, escribió otro. “Aquí hace un poco de frío, pero no te preocupes por mí. ¡No te olvides de organizar mi fiesta de cumpleaños!”, recalca.

“Mamá y papá, los amo, y a mi hermanito también. Si logro salir,por favor llévenme a una barbacoa. Los amo, mamá, papá y hermano”, escribió Nick.

El entrenador de fútbol Ekkapol Chantawong, de 25 años, pidió una disculpa a los padres de los menores atrapados en la cueva en una carta enviada a través de los equipos de rescate.

“Todos los niños están bien. Están bien atendidos por el equipo de rescate. Prometo que los cuidaré lo mejor que pueda. Gracias por todo el apoyo y acepten mis disculpas”, escribió.

Aek también ha escrito una carta a sus familiares: “Querida tía y abuelita, estoy bien. No se preocupen demasiado por mí. Por favor, cuídense”.

El 2 de julio, buzos británicos localizaron a los 12 niños de entre 11 y 16 años y a su entrenador, que estaban desaparecidos desde el sábado 23 de junio en la cueva de Tham Laung-Khun Nam Nang Non, en la provincia de Chiang Rai.

Tras un entrenamiento de fútbol, el grupo se adentró en la cueva, la cuarta más grande del país con más de 10 kilómetros, situada a mil kilómetros al norte de Bangkok, cerca de la frontera con Myanmar.

La operación de rescate aún está lejos de concluir con éxito. Inicialmente se advirtió que los trabajos de rescate podrían durar varios meses, pero dado que esta semana se prevén lluvias monzónicas en la zona, es probable que se lleve a cabo un intento de rescate en los próximos días.

Para facilitar la salida de los niños, los especialistas están drenando el agua de la cueva. No obstante, su nivel desciende muy lentamente, un centímetro cada hora o menos.

Las autoridades tailandesas también han intentado perforar agujeros en la cueva para ayudar a drenar más agua, pero el grosor de la roca ha dificultado estos esfuerzos.

Alrededor de mil personas están involucradas en las operaciones de rescate, incluidos buzos de la armada, personal militar y voluntarios civiles en plena temporada de monzones, lo que complica la operación por las intensas lluvias.

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