La ciencia ficción se ha vuelto realidad, ahora podrí­amos ver este tipo de viajes al espacio (SEI/Cortesí­a).
La ciencia ficción se ha vuelto realidad, ahora podrí­amos ver este tipo de viajes al espacio (SEI/Cortesí­a).

(CNN) —Seis astronautas descansan sin movimiento en una fila de compartimientos con cables médicos de monitoreo conectados a sus cuerpos, mientras su nave espacial pasa por la oscuridad silenciosa que separa a la Tierra de Marte.

Están profundamente dormidos y lo estarán durante su viaje de seis meses, al ser colocados en un estado artificialmente inducido de hibernación llamado torpor.

Esta es la forma en la que un estudio financiado por la NASA ve a los exploradores espaciales viajando a Marte; inconscientes, con su metabolismo cambiado a algo lento.

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Enviar astronautas al espacio exterior serí­a demasiado difí­cil, costoso y agotador sin esto, dice el ingeniero espacial John Bradford, cuya empresa de Atlanta, SpaceWorks, escribió el estudio, para la NASA.

“A final de cuentas, es lo que tendremos que hacer”, dice.

La ciencia ficción se vuelve realidad

La nave espacial con tripulaciones en animación suspendida ha estado presente en pelí­culas futuristas de ciencia ficción como Avatar, Alien, Pandorum y 2001: Odisea en el espacio durante décadas.

Ahora la ciencia se pone al tanto, mientras los avances médicos posibilitan la inmovilización a través de un método llamado hipotermia terapéutica.

Es utilizado desde principios de la década de 2000 para tratar a pacientes con lesiones traumáticas. El corredor de Fórmula Uno, Michael Schumacher, quien tuvo una lesión cerebral mientras esquiaba, fue puesto en hipotermia terapéutica, según reportes.

Se pone inconsciente al paciente al bajar la temperatura corporal. En el caso de Schumacher, también previno que su cerebro se hinchara. La estasis torpor, que reduce el metabolismo, puede ayudar a los pacientes lesionados a sobrevivir más tiempo, mientras que los equipos médicos trabajan para rescatarlos, dice Bradford.

Pero los médicos normalmente lo inducen solo durante tres o cuatro dí­as a la vez, no los 180 dí­as que se necesitarí­an para que los astronautas llegaran a Marte, ni los 180 que tomarí­a que regresaran a la Tierra.

“Puede tomar algo de tiempo llegar al estado de efectividad al que queremos llegar”, dice Bradford. Eso involucra pruebas en animales, después algunas pruebas extensas en humanos, quizá en la Estación Espacial Internacional. Podrí­a tardar décadas.

Un atajo

Sin embargo, hay una posible solución con la que los astronautas podrí­an comenzar.

SpaceWork encontró un estudio médico chino en el que los pacientes con trauma permanecí­an en torpor durante periodos más largos.

“Tení­an una muestra de aproximadamente 80 personas que pasaron por hipotermia terapéutica para todo tipo de lesiones traumáticas. Y estos periodos variaron de tres gasta 14 dí­as”. Los pacientes que permanecieron durante dos semanas salieron igual de bien que aquellos que estuvieron un periodo más corto.

Dos semanas es un marco de tiempo con el que SpaceWorks puede vivir y uno con el que Bradford dice que sus socios médicos en la Clí­nica Mayo y la Universidad Johns Hopkins de Estados Unidos están más cómodos.

A bordo de la nave espacial

Aquí­ está cómo funcionarí­a durante el vuelo espacial.

Los periodos de torpor de dos semanas serí­an cubiertos, para que siempre haya un astronauta que esté despierto durante un periodo breve.

El colega que esté despierto podrí­a revisar a los otros que están inconscientes para asegurarse de que sus tubos de alimentación intravenosa estén limpios y que los sistemas de eliminación de orina y demás funcionen apropiadamente.

También puede comunicarse con la Tierra. “Puede revisar correos electrónicos”, dice Bradford.

Entonces, después de dos o tres dí­as, despierta al siguiente astronauta al activar un sistema de calentamiento que aumente su temperatura corporal a lo normal.

Después el astronauta despierto ata al otro al módulo de hibernación, conecta los sistemas médicos e inserta un tubo de enfriamiento corporal a través de una fosa nasa. Las almohadillas calientes detrás del astronauta aseguran que el tubo nasal no enfrí­e demasiado su cuerpo.

Una caí­da de temperatura de solo aproximadamente cinco grados es necesaria; de 37 a aproximadamente 33.8 grados Celsius.

Los restos de sedantes en el tubo de alimentación suprimirí­an el reflejo de escalofrí­os del astronauta.

La unidad que alberga a los astronautas dormidos rotarí­a para crear la fuerza centrí­fuga que simula la gravedad. Eso ayudarí­a a mitigar la reducción de densidad ósea que naturalmente ocurre en gravedad cero.

¿Cuánto tiempo pasara hasta que este escenario sea una realidad? Bradford cree que menos de 30 años. “Creo que es algo que podrá y será utilizado en la primera misión a Marte”.

Más ligero, más fácil, más feliz

Hacer que los astronautas hibernen como osos hace que la misión sea mucho más fácil y costeable, dice Bradford.

Pueden amontonarse en pequeñas habitaciones; con el mí­nimo metabolismo, no necesitan tanta comida, ni cambio diario de ropa. El equipo de ejercicio es reemplazado por electrodos que estimulan sus músculos mientras duermen.

Eso ahorra mucho espacio y más de la mitad del peso del cohete completamente equipado que tomarí­a transportar a una tripulación que no duerme a través del viaje en torpor.

Y serí­a más placentero para la tripulación.

Los astronautas que viajan en condición despierta probablemente llegarí­an en una forma fí­sica decente, pero “mentalmente, me preocuparí­a por ellos”, dice Bradford.

“Vas a estar en un espacio bastante apretado; nada tan voluminoso como la EEI, para la misión”, dijo. El espacio es oscuro y se siente aislante.

En junio de 2010, la agencia espacial de Rusia simuló un viaje a Marte al encerrar a los astronautas en una nave espacial falsa durante aproximadamente un año y medio para ver cómo les afectaba psicológicamente.

Se volvieron solitarios, se deprimieron y durmieron entre 12 y 14 horas al dí­a porque no habí­a nada qué hacer, dijo Bradford.

¿La meta final?

Después de seis semanas de viaje a Marte, los astronautas enfrentarí­an una misión de 500 dí­as en la superficie del planeta estéril, según la evaluación de SpaceWorks.

Después tendrí­an que soportar otros 180 dí­as en el cohete estrecho para llegar a casa a la Tierra.

Idealmente, a Bradford le gustarí­a ver a los astronautas completar las fases de viaje en estasis torpor y ni siquiera tener que despertar cada dos semanas.

La hipotermia terapéutica también permitirí­a que las agencias espaciales llevaran más astronautas en una nave. Dice que eso es vital para cumplir una última meta a menudo mencionada para viajar a Marte.

“Si buscamos colonizar, tienes que hacer más que enviar entre seis y ocho personas cada año”.

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