LC miniEDITORIAL- Sin duda un tema seriamente criticado desde el momento mismo de su propuesta fue sin duda el famoso cobro por el servicio de recolección de basura en Sabinas, esto a través de la facturación hecha por SIMAS en el recibo para el pago por el suministro del agua.
Una serie de voces encontradas se dieron en aquel entonces, fuertes crí­ticas para la administración de Jesús Marí­a Montemayor Garza en su momento, en fin, todo un verdadero “titingó” se armó en torno al cobro por el servicio de la recolección de la basura a través de las tomas domiciliarias del agua, no tanto por el cobro, sino por las formas de cobrarlo, sin avisar con tiempo y de manera acorde a los ciudadanos.
Hoy, nos despertamos con la sorpresa, o por qué no decirlo, con la buena disposición de los regidores de aprobar la suspensión de ese cobro que mensualmente permití­a la recaudación de cerca de 300 mil pesos, que a la vuelta de un año daban una partida de 3 millones 600 mil pesos, suma considerable, nada despreciable, que a partir del 2014, Sabinas dejará de percibir.
Y es que para el presupuesto del próximo año, esa recaudación no se tendrá, o lo que es lo mismo, ese dinero no se tendrá en las arcas municipales.
Muchos dicen que en eso han influido las propuestas de campaña del alcalde electo Lenin Flores Lucio, quien prometiera terminar con ese y otros cobros similares, que para unos “sangraron” al pueblo, y para otros lo reactivaron económicamente.
Más de 3 millones de pesos, que fácilmente cubren el costo de algunas obras de pavimentación, la rehabilitación del alumbrado público, o por qué no decirlo, apoyos a la educación o al deporte.
Una serie de cuestionamientos han surgido en torno a la decisión, hecha por el cabildo, quienes aprobaron sin “titubear”, la retracción, es decir, dijeron que siempre no se seguirá aplicando este cobro.
Sin embargo esto surge porque el compromiso establecido desde la aprobación del cobro mismo fue para que se ejerciera solo durante la actual administración, o lo que es lo mismo, las administraciones venideras, sabrán si lo aplican o no.
Lo cierto y verdad es que cada quien ve el vaso medio lleno o medio vací­o. La medida de imponer el cobro de la basura ha sido muy poco popular, pero cabe preguntarse si era necesaria para el bienestar económico de las arcas de la ciudad. ¿Ahora qué hará Lenin? Esa es la pregunta, dejar de recaudar más de 3 millones de pesos al año, o dar la razón al que cree que ese cobro es mucho más práctico en pe$o$ que en el descontento popular.

 

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