(EFE) — Juan Carlos de Borbón y Borbón, quien abdicó del trono de España este lunes, ha reinado desde hace 38 años bajo el nombre de Juan Carlos I, uno de los reinados más largos de la historia desde que fue proclamado el 22 de noviembre de 1975, cuando lideró la transición a la democracia.

El 22 de noviembre de 1975 fue proclamado rey y pronunció ante las Cortes su primer mensaje a la nación, en el que expresó su deseo de ser “rey de todos los españoles”.

Cinco dí­as más tarde, en una ceremonia religiosa tuvo lugar la denominada “exaltación” al trono de España, con el nombre de Juan Carlos I.

Desde entonces se convirtió en uno de los promotores de la democratización del paí­s, que comenzó con la Ley de la Reforma Polí­tica de 1976. Otro momento destacado fue la aprobación por referéndum de la Constitución el 6 de diciembre de 1976.

El rey tuvo una intervención decisiva para detener el intento de golpe de Estado del 23 de febrero de 1981, que intentaba derrocar el gobierno de Adolfo Suárez.

La Constitución española, en su artí­culo 56, le concede al rey el grado de jefe del Estado, “sí­mbolo de su unidad y permanencia, arbitra y modera el funcionamiento regular de las instituciones y asume la más alta representación del Estado español en las relaciones internacionales”.

Ostenta además el mando de las Fuerzas Armadas.

Nació en Roma el 5 de enero de 1938, el primer hijo varón de Juan de Borbón y Battenberg y de Marí­a de las Mercedes de Borbón y Orleáns.

Tras pasar su infancia en Italia, Suiza y Portugal, el 9 de noviembre de 1948 pisó por primera vez España, donde fijó su residencia, alejado de su familia.

Estudió en España el bachillerato y completó su formación militar en las academias de Tierra, Mar y Aire de 1957 a 1959. De 1960 a 1961 realizó un programa de estudios monográficos de Derecho, Economí­a, Polí­tica y Filosofí­a.

El 14 de mayo de 1962 contrajo matrimonio, en Atenas, con la entonces princesa Sofí­a, primogénita del rey Pablo de Grecia. De esta unión nacieron tres hijos, las infantas Elena (1963) y Cristina (1965) y Felipe, nacido en 1968, que desde 1977 es prí­ncipe de Asturias y heredero.

El 22 de julio de 1969, a propuesta del general Francisco Franco, fue designado por las Cortes Españolas sucesor en la jefatura del Estado, a tí­tulo de rey. Al dí­a siguiente prestó juramento y recibió el tí­tulo de prí­ncipe de España.

Con motivo de su cumpleaños 70, el 9 de enero de 2008 el rey celebró una cena de Estado en la que agradeció a los españoles el trabajo para haber logrado “una España unida y diversa, moderna y plural, próspera y solidaria”.

Ha sido investido doctor honoris causa por una treintena de universidades españolas y extranjeras, y acreedor a diversos galardones, como el Premio Carlomagno (1982), el Premio Nacional de Humanismo y Democracia (1983) o el Premio de Convivencia Profesor Manuel Broseta (1997).

Cuenta además con numerosos tí­tulos y condecoraciones extranjeras, como la Gran Cruz de la Orden de Malta o caballero de la Orden de la Jarretera, otorgada por la reina de Inglaterra. En 1987, Naciones Unidas le concedió la Medalla Nausen, por su apoyo a los refugiados y en enero de 1988 recibió la Medalla del Consejo de Europa.

Participó en los Juegos Olí­mpicos de Múnich de 1972, representando a España en la modalidad de balandrismo.

De 2010 a 2012 tuvo cinco de sus nueve intervenciones quirúrgicas. Su paso por quirófano ha sido debido a motivos de salud y por accidentes relacionados con la práctica deportiva.

Por su especial relevancia, destacan las intervenciones sufridas en mayo de 2010, para extirparle un nódulo pulmonar, y en abril de 2012, de una fractura de cadera que tuvo en un viaje de cacerí­a a Botsuana, criticado por haberlo hecho en un momento crí­tico de la crisis económica española.

En un gesto sin precedente, Juan Carlos pidió el 18 de abril de 2012 disculpas públicamente, al afirmar, “lo siento mucho; me he equivocado y no volverá a ocurrir”.

Su reinado también ha quedado marcado en los últimos meses por los problemas judiciales de su yerno, Iñaqui Urdangarí­n, y de la infanta Cristina, quien ha sido llamada a declarar por la Corte por un caso de corrupción.

Este 2 de junio, anunció su abdicación del trono para dar paso a “una generación más joven, con nuevas energí­as, decidida a emprender con determinación las transformaciones y reformas que la coyuntura actual está demandando”.

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