papa-francisco-vuelo-asia(CNN) —El papa Francisco advirtió este jueves que una variedad de actividades humanas, a partir de una adoración ciega de la tecnologí­a y a una dependencia de los combustibles fósiles, amenaza con arruinar irreparablemente el planeta y con dejar a las generaciones futuras sin su impresionante belleza y su rica diversidad.

Citando consenso cientí­fico sobre que estamos asistiendo a un “calentamiento preocupante” del clima de la Tierra, Francisco pidió una “revolución cultural audaz” para detener la espiral de la humanidad hacia la autodestrucción.

“No puede haber una renovación de nuestra relación con la naturaleza”, dijo Francisco, “sin una renovación de la humanidad misma”.

La declaración del papa llegó este jueves en forma de encí­clica, una carta dirigida tradicionalmente al clero católico para ser difundido alrededor de todo el mundo. Derivada de la palabra griega que significa “cí­rculo”, una encí­clica es uno de los documentos de enseñanza de mayor autoridad de la Iglesia.

Pero Francisco quiere que su carta llegue más allá del cí­rculo de su Iglesia. Con la mirada puesta en varias cumbres de cambio climático clave previstas para finales de este año, el papa dijo que su carta está dirigida a “cada persona que vive en este planeta”.

“Me gustarí­a entrar en un diálogo con todas las personas acerca de nuestra casa común”, escribió.

Critica a la vida moderna

La encí­clica de 184 páginas se llama Laudato Si, una frase italiana arcaica, que significa “Alabado sea” y que fue tomada de San Francisco, santo patrón de la ecologí­a y su canción “Cántico del sol”.

Subtitulada “En cuidado de nuestra casa en común”, la encí­clica fue publicada este jueves en al menos cinco idiomas y dada a conocer durante una conferencia de prensa en el Vaticano. El documento fue elaborado por más de un año, informaron funcionarios de la Iglesia, y resume el trabajo de docenas de cientí­ficos, teólogos y académicos de varios campos, así­ como el de otros papas.

El documento también conjuga algunos de los temas y caracterí­sticas de Francisco en su papado: la preocupación por los pobres, una crí­tica a la idolatrí­a del dinero y una facilidad para usar lenguaje evocador y terrenal para describir temas complejos.

En Laudato Si el papa llama a la humanidad a dar pasos prácticos en el cuidado ambiental como reciclar y fomentar el uso del transporte público. El cuidado del medio ambiente está í­ntimamente conectado al cuidado de nosotros, argumenta, y estamos fallando en ambos.

“No nos enfrentamos a dos crisis separadas, una ambiental y otra social”, escribe Francisco, “sino una crisis compleja que es tanto ambiental como social”.

En el texto, Francisco lanza una crí­tica a los ricos y poderosos que consumen lo último en productos mientras ignoran a los pobres, quienes, mientras tanto, huyen de desastres naturales y de sus hábitats degradados.

El papa también denuncia a las grandes empresas, compañí­as energéticas, polí­ticos de poca visión, católicos insensibles y profesionales de la comunicación miopes.

Una inmensa pila de suciedad

Aunque papas desde Pablo VI en 1971 han hablado sobre la degradación ambiental, Laudato Si es la primera encí­clica que se enfoca en el cuidado de la creación y la idea de que Dios dio a los humanos la tierra para cultivarla y no para conquistarla.

Incluso meses antes de su publicación, la encí­clica generó crí­ticas de escépticos del cambio climático y conservadores, que pidieron al papa no poner su peso moral en el controversial tema del cambio climático. Mientras que muchos ambientales y católicos esperaban con ansia la unión del papa a la causa.

Dividida en seis capí­tulos, Laudato Si comienza enunciando las “enfermedades” del planeta: aire y agua contaminados, emisiones industriales, desechos tóxicos, aumento en los niveles del mar y clima extremo.

“La Tierra, nuestro hogar, está comenzando a lucir más y más como una inmensa pila de suciedad”, escribe Francisco.

“En muchas partes del planeta, los mayores lamentan que los alguna vez hermosos paisajes estén cubiertos ahora con basura”. El problema se agrava “por un modelo basado en el uso intensivo de combustibles fósiles”, escribe.

Si esto continúa, advierte, el cambio climático traerá graves implicaciones para las comunidades pobres, que carecen de recursos para adaptarse o protegerse de los desastres naturales. Serán forzados a dejar sus casas, mientras los poderosos económica o polí­ticamente “enmascaran” los problemas o responden con indiferencia, dice.

La tecnologí­a toma ventaja

El papa también realiza una crí­tica del capitalismo moderno enLaudato Si.“Tenemos que rechazar la concepción mágica del mercado que sugiere que los problemas se pueden resolver simplemente por un aumento en las ganancias de las empresas o de las personas”, escribe.

El papa hace referencia a la idea de que las “fuerzas invisibles del mercado” pueden regular adecuadamente la economí­a, el cual dice es el “mismo tipo de pensamiento” que conduce a la “explotación de los niños y al abandono de los ancianos que ya no sirven a nuestros intereses.”

En una sección especialmente abrasadora, Francisco compara a los economistas neoliberales con mafiosos, narcotraficantes, traficantes de órganos y de personas. Todos son parte de una “cultura de usar y tirar”, afirma el papa, que trata a los seres humanos como una mercancí­a para explotar.

El ataque del Papa sobre el “mito del progreso” es aún más sorprendente. Pero conecta su crí­tica con un “culto a los poderes de la Tierra” donde los humanos han usurpado el papel de Dios, imponiendo sus propias leyes e intereses en la realidad,  con poca importancia a las consecuencias a largo plazo.

Ahora el papa necesita que los lí­deres del mundo se unan a su mensaje moral, que será clave para la cumbre climática de la ONU que se realizará en diciembre y en la que las naciones esperan llegar a acuerdos para reducir la emisión de gases de efecto invernadero.

El papa posiblemente hable sobre la encí­clica en septiembre, durante su visita a Estados Unidos, cuando se presente ante la Asamblea General de la ONU.

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