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Sin duda hay que tener vocación para servir y ayudar sin esperar nada a cambio. Este 24 de junio se celebra el dí­a del socorrista. Una felicitación enorme para mis amigos paramédicos, socorristas y voluntarios de la cruz roja delegación Sabinas.

Serí­a fácil simplemente quizás decir felicidades, pero dentro de esas palabras que encierran el agradecimiento propio, existe un sinfí­n de situaciones, en las cuales se involucra no solo el sentimiento por servir y ayudar, sino por aferrarse a esa vocación que la vida les ha dado aún y cuando se deben sacrificar diversiones, incluso reducir el tiempo para convivir con la familia.

“Yo llegue luego de estar en los Estados Unidos y me integre al proyecto que se inició con apenas unos cuantos voluntarios”, recuerda con nostalgia, pero sobre todo con responsabilidad y satisfacción, Nicolás Puente González, actual comandante de la benemérita institución.

La Cruz Roja llegó a Sabinas el 17 de noviembre de 1986; actualmente está conformada por 34 socorristas y 25 juventinos.

En 1992, ingreso Emerico Castellanos Flores y Cesar Silerio Salgado en 1995. Por algún tiempo ambos salieron de las filas de la benemérita institución, pero hoy se encuentran de nueva cuenta integrados en este cuerpo de rescate.

En el caso de Cruz Espinoza Kanagusico y Nicolás Puente González, ingresaron en el 2003 y desde entonces se han mantenido activos, el primero como operador de ambulancia y socorrista, mientras que Puente González es actualmente el comandante.

Formar parte de Cruz Roja representa una gran pasión por servir, por ayudar aun a costa de la propia vida, sin tomar en cuenta que acciones se deben seguir para salvar la vida de otro, sin importar dejar de lado la vida social, y la diversión.

Esa pasión no todos la tienen, ejemplos son claros los que se viven en Cruz Roja, esta Cruz Espinoza Kanagusico como el socorrista con mayor edad; pero también esta Sergio Daniel Medina Paredes con 18 años, y del grupo de juventinos Jesús Riquejo Grimaldo con apenas 8 años de edad.

A lo largo de estos años la delegación Sabinas de Cruz Roja, ha vivido alegrí­as, tristezas y sin sabores. Aun el dolor sigue presente por la irreparable pérdida de su compañero Sergio Eleazar Guajardo Chacón, su fotografí­a aún sigue puesta en la pared, precisamente al ingresar por el área de urgencias de la delegación.

Con su bata blanca y el estetoscopio sobre su cuello, da muestra del cariño y pasión con el que se desempeñaba en cada guardia allí­ en la delegación.

El sentimiento invade a los paramédicos y socorristas con más años de servicio, pues aún recuerdan a su compañero, y piden al cielo, la tragedia no los vuelva a alcanzar.

“Todos estamos expuestos”, recuerda Lydia Velázquez Aguilar, la coordinadora de voluntariado, tras una breve platica. Y es que apenas hace algunas semanas, ella, José Alberto Moreno y Francisco Jiménez Rico, este último coordinador de “juventinos”, participaron en un accidente.

Atendí­an un servicio, cuando un imprudente conductor impacto la ambulancia, provocando algunos golpes en los socorristas, quienes por fortuna solo sufrieron el susto por el accidente.

Sin duda ser socorrista no es sencillo, y no cualquiera puede portar ese uniforme blanco con vivos azules con rojo. Se debe tener vocación, pasión por servir a los demás sin esperar nada a cambio.

Por ello desde este espacio un reconocimiento y agradecimiento a los socorristas, paramédicos y voluntarios. Omito nombres para no caer en el descuido de no mencionar a nadie, solamente les digo que bendita sea su profesión, pero sobre todo gracias por dejarme ser parte de ustedes… Feliz dí­a del socorrista.

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