Édgar es egresado del Colegio Moderno Windsor; obtuvo 126 de 128 aciertos en el examen que hizo en dos horas.

Se define como un alumno nerd, pero relajado. La convicción, constancia y responsabilidad son los tres elementos que van de la mano de Édgar Alan Miranda Morales, uno de los tres adolescentes que lograron el puntaje más alto en el examen de ingreso al bachillerato de la Zona Metropolitana de la Ciudad de México.

El alumno, egresado del Colegio Moderno Windsor, obtuvo 126 aciertos de 128 preguntas en el examen que más de 311 mil aspirantes presentaron para ingresar al bachillerato y que en promedio lograron 69 aciertos.

“Pude haber tenido un examen perfecto, no era complicado, pero sí tedioso, porque la parte de lenguaje verbal fue más compleja para mí”, confesó el alumno destacado que terminó con promedio de 9.1 la secundaria en una institución particular.

Sin embargo, aseguró que haber estudiado en escuela privada no significa que las públicas sean menos eficientes.

“No depende de la escuela donde estés, sino del empeño que tú le das al estudio y del ambiente que te rodea. Eso es lo que determina el éxito o el fracaso,  más que si es una escuela pública o privada”, puntualizó el adolescente.

Édgar consideró que es importante ser auténtico, no dejar que las posibles burlas de los compañeros lo  intimiden, porque la seguridad en uno mismo hace la diferencia entre un nerd con amigos a uno que sufre bullying.

El 6 de agosto Édgar empezará el primer grado de bachillerato en la Escuela Nacional Preparatoria 6, Antonio Caso, –la que tiene más demanda en la UNAM– y que por lo mismo exige un puntaje mínimo de 110 aciertos en el examen de admisión, así como un promedio de ocho en el certificado se secundaria.

Por ello, los papás de Édgar lo inscribieron en un curso de dos horas diarias durante dos meses previos a la aplicación del examen, pues aunque confían en los conocimientos de su hijo, el curso le sirvió para enfrentarse al formato de 128 preguntas, planeado para responderse en tres horas, lo cual este joven de 15 años hizo en tan sólo dos.

Édgar dijo que para él lo más sencillo fueron las preguntas de matemáticas, física y química, porque le gustan las ciencias exactas.

“Cuando era más pequeño era fanático de la ingeniería aeronáutica, yo quería ser astronauta, pero cuando estuve en contacto con la física en secundaria, también me interesó mucho esa parte”, relató.

Y aunque todavía no define con exactitud la carrera que quiere cursar, de lo que sí está seguro es que será alguna ingeniería, porque sin duda la física es su materia preferida.

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