alta presión
Clemente Mancillas Dávila, Columnista

A lo largo del desarrollo de la humanidad, la vanidad ha impulsado a las personas a realizarse una serie de modificaciones corporales que incluso ponen en riesgo su vida, amén de los daños permanentes de los que pueden dar cuenta, quienes en aras de mejorar su imagen corren los riesgos que sean necesarios, mostrando las secuelas de la búsqueda de ser mejores cada dí­a.Lamentablemente es poco común que las personas se quieran como son y ello les orilla a transformarse fí­sicamente para poder aceptarse y tratar de ser aceptadas por la sociedad en donde se desenvuelven a diario.
Aunque en los últimos años se han registrado un mayor número de hombres que mejoran su apariencia fí­sica con modificaciones corporales, siguen predominando las mujeres que van desde la depilación de las cejas hasta la alteración quirúrgica de sus glúteos u otras partes de su cuerpo.
Entre los casos más sonados, se recuerdan los de las artistas, Lucha Villa, quien por tratar de verse más delgada se practicó una liposucción que la mantuvo 11 dí­as al borde de la muerte por una mala práctica médica.
Alejandra Guzmán, quien a pesar de su fama y su natural belleza, no estaba conforme y por practicarse una cirugí­a en los glúteos quedó envenenada permanentemente, además de haber puesto en peligro su vida.
De las noticias más chuscas relacionadas con la fealdad, esta la del chino que demandó a su mujer por fraude; al detectar que sus hijos estaban feos, investigó y se encontró con que su mujer habí­a sufrido una serie de transformaciones fí­sicas con la práctica de cirugí­as, principalmente faciales.
La demanda llego a los tribunales y los jueces le dieron la razón al demandante con lo que se divorció y la demandada tuvo que pagar una indemnización por el engaño.
Dentro de otros ejemplos de la vanidad femenina, esta la nota de la mujer de 25 años que anunció que buscaba marido rico, anteponiendo que era muy hermosa y que los aspirantes deberí­an ganar mí­nimo 500 mil dólares al año.
La respuesta que le envió un millonario fue muy contundente y le hizo saber que la belleza exterior es solo un espejismo, que con el paso del tiempo se diluye, por lo que era un pésimo negocio el aceptar casarse con ella.
En fin, hay miles de casos me atreverí­a a decir millones, en donde la vanidad se antepone a la originalidad, lo que provoca una eterna competencia por ser mejor, principalmente motivados por los estereotipos que nos venden a diario revistas e imágenes televisivas.
Algunos estudios, señalan que las modificaciones corporales, cualquiera que sea la forma, no es otra cosa que baja autoestima, lo que es difí­cil de recuperar con modificaciones corporales, porque cada dí­a la persona tratara de ser mejor a costa de todo.
Las prácticas diarias para verse bien, van desde el uso del maquillaje para dormir o al levantarse antes que todo cubrirse de él para lucir bien, hasta una exhaustiva auto revisión corporal entre apariencia y vestido lo que demuestra la teorí­a, de que en ellos o ellas hay una baja autoestima.
En fin, mientras que no haya una evaluación personal, de que es lo correcto o lo incorrecto en nuestro cuerpo, seguirán a la alza los laboratorios de cosméticos y cirujanos estéticos, porque es indudable que para verse bien y ser aceptado en nuestra sociedad, no hay de otra, hay que aparentar lo que no somos, a costa de lo que sea.

DEJA UNA RESPUESTA