LA N1991008ACIí“N.- El papa Francisco llamó hoy a reflexionar sobre el relato de los Reyes Magos, el dí­a en que los católicos celebran esta tradición, y remarcó que Herodes es un “hombre de poder que en el otro logra ver sólo al rival”, mientras que los Magos, en cambio, “pasaron de los cálculos humanos al misterio”.

La búsqueda de Dios “es una búsqueda que no tiene nunca fin y la realizan hombres y mujeres en las religiones y en el mundo entero”, reflexionó el Papa en la misa de la Epifaní­a.

Frente a más de 5 mil personas, con obispos y cardenales, el pontí­fice celebró en la basí­lica de San Pedro una misa solemne en la cual resonaron las lecturas bí­blicas en inglés, italiano, español, y las intenciones en francés, chino, suajili, filipino y ruso. El Evangelio fue cantado en latí­n por un diácono de inconfundibles rasgos orientales.

Jorge Bergoglio recorrió el relato de los sabios llegados de Oriente a buscar un rey que habí­a nacido en una gruta.

“Ese niño, nacido de la Virgen Marí­a, vino no sólo para el pueblo de Israel, representado por los pastores de Belén, sino también para la humanidad entera, representado hoy por los Reyes Magos, procedentes de Oriente”, dijo en la homilí­a.

La búsqueda de Dios por parte del hombre, observó, es como el camino de los Magos, “una procesión que desde entonces no se interrumpe más y que a través de todas las épocas reconoce el mensaje de la estrella y encuentro al Niño que nos indica la ternura de Dios”.

“¿El amor de Dios es grande? Sí­. ¿El amor de Dios es potente? Sí­”, sostuvo. “Y entonces -prosiguió- nos podemos preguntar: ¿cuál es el misterio en el cual Dios se esconde? ¿Dónde puedo encontrarlo? Vemos, en torno a nosotros, guerras, explotación de niños, torturas, tráfico de armas, trata de personas. En todas estas realidades, en todos estos hermanos y hermanas más pequeños que sufren por tales situaciones, está Jesús”.

“El pesebre nos abre un camino diferente de la anhelada mentalidad mundana: es el camino del bajarse de Dios, su gloria escondida”, manifestó.

El Papa pidió orar para “vivir el mismo camino de conversión vivido por los Magos, libres de las tentaciones que esconde la estrella. Que tengamos siempre la inquietud de preguntarnos en dónde está la estrella, cuando en medio de engaños mundanos la perdimos de vista”.

Bergoglio concluyó la homilí­a rezando para que “encontremos el coraje de liberarnos de nuestras ilusiones, de nuestras presunciones, de nuestras propias luces; que busquemos este coraje en la humildad de la fe, que podamos encontrar la Luz, como hicieron los Magos y que podamos entrar en el misterio”.

Luego, durante el Angelus recitado desde la ventana del estudio que asoma a plaza San Pedro, Francisco expresó que “Dios no reserva su amor a algunos privilegiados”, sino que “lo ofrece a todos”. Reiteró las ideas principales de su homilí­a y recordó que “también los que parecen lejanos al Señor son seguidos por su amor apasionado y fiel, y también humilde, porque el amor de Dios es muy humilde”.

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