15338120844302Armas, exorcismos, basura, sin agua, sin electricidad… “Nunca había visto nada como esto”, fueron las palabras del jefe de Policía del condado de Taos (Nuevo México), Jerry Hogrefe, cuando este martes encontraron a 11 niños en condiciones lamentables en lo que parecía un campamento en medio del desierto.

Nuevos datos de la investigación no sólo confirman las condiciones de miseria y desnutrición en la que se encontraban los pequeños, sino que además, al menos uno de los 11 niños, estaba siendo entrenado en el uso de armas de fuego para “futuros tiroteos escolares”, según ha indicado la Fiscalía.

Los menores liberados, entre los que se halló el cadáver de un pequeño, tienen edades comprendidas entre 1 a 15 años. No tenían prácticamente comida, sólo unas pocas patatas y arroz, ni agua potable, ni zapatos, y vestían harapos sucios y rotos. “Parecían refugiados del tercer mundo”, dijo Hogrefe.

Durante el operativo, la Policía detuvo a cinco adultos, considerados “extremistas de creencia musulmana”. Entre ellos dos hombres fuertemente armados con un rifle AR15, cinco cargadores de 30 cartuchos y cuatro pistolas. Entre los detenidos se encuentra Siraj Ibn Wahhaj, presuntamente el padre del niño encontrado muerto y la persona que controlaba el ‘campamento’. La oficina del forense será quien confirme la identidad del pequeño, aunque todo apunta a que era su hijo.15338121329588

Wahhaj se presume que sea el padre de un niño de 4 años, que se cree fue encontrado muerto en ese mismo campamento la noche del lunes y que había sido reportado como perdido por su madre en diciembre del año pasado. La investigación comenzó en 2017 en el lado opuesto del país, en Jonesboro, Georgia, donde Siraj Wahhaj, de 39 años, nativo del condado de Clayton, fue acusado de secuestrar a su hijo.

Abdul, como se llamaba el pequeño, sufría de convulsiones y tenía retrasos cognitivos y de desarrollo, y Siraj Wahhaj había manifestado que quería hacerle un exorcismo porque consideraba que su discapacidad se debía a un demonio.

Ante la situación encontrada, la Fiscalía ha pedido a la corte que el acusado no fuera juzgado en libertad, asegurando que “ha probado ser un peligro para la comunidad”. “No sólo eran las condiciones en el campamento, sino que las fuerzas del orden encontraron armas de fuego cargadas en el lugar”, indicó el recurso presentado al que ha tenido acceso la AFP.

“El padre uno de los 11 niños declaró que el acusado había entrenado al niño en el uso de un rifle de asalto en preparación para futuros tiroteos en escuelas”.

El 2 de agosto, Hogrefe emitió una orden de búsqueda que describía “un complejo improvisado rodeado de neumáticos y tierra” en una subdivisión donde se creía que estaban Wahhaj y Lucas Morten, un adulto.

El FBI había proporcionado información y vigilancia en el lugar, pero “no creía que hubiera suficiente causa probable para entrar en la propiedad”, dijo Hogrefe.

“Todo eso cambió cuando un detective de Georgia nos transmitió un mensaje que razonablemente creímos que venía de alguien que se hallaba en el complejo: el mensaje simplemente decía ‘estamos hambrientos y necesitamos comida y agua’“, declaró el sheriff en un comunicado.

“Sabía que no podíamos esperar a que otra agencia interviniera y tuvimos que verificar esto lo antes posible”, agregó.

El oficial describió que la operación fue planificada con especial cuidado de la seguridad de los policías, porque les había llegado información de que “los ocupantes probablemente estaban fuertemente armados y eran considerados extremistas de creencia musulmana“.

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