solo_26_municipios_de_santander_tienen_agua_apta_para_su_consumo_0Saltillo es el único municipio de Coahuila que ha logrado tener la certificación por el cumplimiento de las condiciones sanitarias del sistema y de calidad bacteriológica para uso y consumo humano; si el agua que llega a los medidores de cada vivienda o negocio no estuviera potabilizada, más de 800 mil habitantes de Saltillo podrí­an padecer enfermedades como hepatitis, cólera, tifoidea, desinteria amibiana, entre otras que podrí­an poner en riesgo su salud.

Apenas el 24 de febrero pasado Aguas de Saltillo (Agsal) recibió el documento expedido por la Secretarí­a de Salud, el cual avala que el agua es 100 por ciento potable. Cada uno de los 86 pozos distribuidos en toda la ciudad están potabilizados aunque no todos están en operación debido a su mantenimiento, explica Alejandra Romo, jefa de área de Operaciones de Calidad en Agsal.

Una vez extraí­da el agua de cada pozo se potabiliza con sustancias como el gas cloro o hipoclorito de sodio. Este quí­mico altamente tóxico debe ser manejado por personal especializado que cumpla con las especificaciones que exige la Secretarí­a de Salud y se evite cualquier riesgo con la población.

Luis Gerardo Lemus Morales, coordinador de Potabilización en Agsal, es el encargado de revisar el mantenimiento de las seis casetas de cloración, así­ como de la adición correcta del gas, cloro e hiploclorito de sodio.

Para ello, la paramunicipal cuenta con un equipo especializado para el manejo y la inyección del cloro. Asimismo, tienen inspectores de calidad que se encuentran en campo de lunes a domingo. Al año se destinan entre 2.5 y 3 millones de pesos para la adquisición de quí­micos de desinfección, mantenimiento, capacitación y equipos de seguridad.

Alejandra Romo, señala que al momento de atender las quejas por las malas condiciones en que sale el agua de la llave inicialmente revisan las condiciones en las que se encuentran tanto el tinaco como la cisterna, pues en ocasiones los usuarios confiesan que nunca han limpiado los depósitos. En ese caso el trabajo de cloración, se pierde de inmediato.

“Luego nos enteramos que el tinaco no tiene tapa, o ha pasado mucho tiempo sin que lo hayan limpiado. La mayorí­a de los casos la suciedad del agua proviene por problemas internos de esa casa”, dice Luis Gerardo Lemus.

Bébala sin temor  

La capital del Estado es el único municipio con certificación sanitaria del agua y de calidad bacteriológica para uso y consumo humano

1. Se extrae el agua de cada uno de los 86 pozos de agua distribuidos en Saltillo. 

2. Pasa por una de las seis casetas de cloración:
– San Lorenzo
– Buenavista
– Zapalinamé I
– Zapalinamé II
– Los íngeles
– Loma Alta 

3. El agua es potabilizada con gas cloro o hipoclorito de sodio. 

4. El proceso de cloración del agua es instantáneo. 

5. La caseta Bellavista tiene la capacidad para clorar entre 550 y 600 litros por segundo; ahora potabilizan 650 litros por segundo. 

6. En caso de alguna contingencia emiten la segunda cloración o el hipoclorito de sodio. 

7. Se cuenta con tres equipos más en caso de contingencia, para asegurarse que siempre esté clorada. 

8. Con la potabilización se aseguran de matar a todos los agentes patógenos como coliformes, las cuales crecen en contacto con las heces de animales o humanos. 

9. Los patógenos provocan enfermedades como hepatitis, infecciones, diarreas, cólera, dracunculiasis, parásitos intestinales y tifoidea. 

VERIFICACIí“N Y VIGILANCIA

10. Cada inspector de calidad vigila que se acate la Norma Oficial Mexicana NOM-127-SSA1-1994 que exige los niveles de cloro residual deben estar en .2 miligramos a 1.5 

11. También debe cumplirse con la Norma Oficial Mexicana NOM-179-SSA1-1998 que pide que por cada 50 mil habitantes se tome un muestreo periódico para confirmar que el agua está debidamente clorada. 

12. Se realizan muestreos diarios, semanales, mensuales y trimestrales, para cumplir con dicha norma. 

13. Todos los dí­as debe llevar un control ante la Secretarí­a de Salud. 

14. Cada 3 meses se hace un análisis fí­sico quí­mico completo en cada uno de los 86 pozos; aunque según la norma este estudio debe hacerse una vez cada 6 meses. 

15. Se realizan en campo análisis bacteriológicos.

16. Las verificaciones las hace la Secretarí­a de Salud, la Comisión Nacional del Agua (Conagua) y la Comisión Estatal de Aguas y Saneamiento (CEAS).

RECOMENDACIONES 

Antes de lavar y desinfectar los depósitos de agua, la Cofepris (Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios) recomienda:

– Cierre el paso del agua a la cisterna o al tinaco.
– Protéjase con un cubrebocas, botas, pantalones y camisa de manga larga.
– Desconecte el switch de la bomba y el foco interno antes de entrar a lavar la cisterna.
– Cierre el paso de agua al tinaco y de éste a la red.
– Retire el flotador y la varilla.
– Cepille el interior con especial cuidado en las uniones de paredes y piso.
– Retire el agua sucia utilizando jerga y cubeta.
– Enjuague la cisterna o el tinaco.
– Extraiga el agua del enjuague con jerga y cubetas limpias.
– Para la desinfección vací­e tres tapas de cloro en una cubeta llena de agua.
– Talle el piso, paredes y techo con la solución desinfectante preparada.
– No permanezca en contacto con esta solución por más de 10 minutos.
– Abra la llave para llenar el tinaco o la cisterna.
– Deje correr 10 minutos el agua antes de utilizarla para cocinar.
– Repita el lavado y la desinfección cada seis meses

DEJA UNA RESPUESTA