El Centro para la Diversidad Biológica anunció este martes su intención de demandar al gobierno de Donald Trump por permitir que las compañías petroleras viertan desechos del fracking en el Golfo de México, sin evaluar los peligros para las tortugas marinas, ballenas u otras vidas marinas en peligro.

“Solo los tribunales pueden detener el asalto de Trump a nuestros océanos”, subrayó Kristen Monsell, abogada del Centro.

En un comunicado, Monsell destacó que la contaminación de la industria petrolera ya era un problema en el Golfo, “pero esta administración ni siquiera está tratando de proteger la vida silvestre de los productos químicos de fracking. Tenemos que luchar en nombre de la fauna marina”.

En septiembre pasado, la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos (EPA, por sus siglas en inglés) otorgó un permiso de la Ley de Agua Limpia para las plataformas de gas y petróleo mar adentro que operan en aguas federales frente a las costas de Texas, Luisiana y Misisipi.

Dicho permiso permite a las compañías petroleras verter cantidades ilimitadas de fluidos de desecho, incluidos los productos químicos involucrados en el fracking, en el Golfo de México.

“La administración de Trump está dejando que la industria petrolera convierta nuestros océanos en vertederos de desechos tóxicos. Se supone que EPA debe proteger la calidad del agua, no ayudar a contaminar el Golfo “, agregó Monsell.

Añadió: “Es hora de que los tribunales recuerden a esta agencia que su misión es salvaguardar el medio ambiente y la salud pública”.

De acuerdo con el Centro para la Diversidad Biológica, la aprobación del permiso sin estudiar los riesgos para las especies en peligro en el Golfo de México es una violación de la Ley federal de especies en peligro de extinción.

Los productos químicos de fracking y otros contaminantes en el agua producida plantean graves problemas ecológicos porque el Golfo de México proporciona un hábitat importante para las ballenas, las tortugas marinas y los peces, además de ser un hábitat crítico designado federalmente para las tortugas bobas en peligro, apuntó. Además, agregó, los delfines y otras especies en el Golfo aún sufren los persistentes efectos destructivos del derrame de petróleo Deepwater Horizon en 2010.

El Centro resaltó que las aguas federales frente a Texas, Louisiana y Mississippi albergan la mayor concentración de actividades de perforación de petróleo y gas costa afuera en el país. Y las solicitudes de registros anteriores revelaron que las compañías petroleras descargaron más de 75 mil millones de galones de aguas residuales en estas aguas solo en 2014.

Los registros también muestran que el fracking ha ido en aumento en el Golfo de México, y la EPA no ha llevado a cabo ninguna revisión significativa de los impactos ambientales del vertido de residuos de fracking en el agua.

En octubre pasado, la administración Trump anunció planes para subastar más de 76 millones de acres de aguas del Golfo de México a compañías petroleras. Esa venta de arrendamiento, que está programada para marzo de 2018, será la venta de petróleo más grande en la historia de Estados Unidos. Incluye aguas federales frente a las costas de Texas, Louisiana, Mississippi, Alabama y Florida, y podría expandir enormemente la perforación y el fracking en el Golfo, destaca el comunicado.

Según científicos del Centro, al menos 10 productos químicos fracking utilizados rutinariamente en la fractura hidráulica en alta mar podrían matar o dañar a una amplia variedad de especies marinas, incluidos mamíferos marinos y peces.

En tanto, el Consejo de Ciencia y Tecnología de California ha identificado algunas sustancias químicas fracking comunes que se encuentran entre las más tóxicas del mundo para los animales marinos.

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