Aceves-Centro-Investigacion-Estudios-Avanzados_MILIMA20140707_0022_8MILENIO.- Estudios realizados con ratas en el Cinvestav apuntan a generar neuronas, a través de la proteí­na de factor neurotrófico derivado del cerebro (BNDF por su sigla en inglés), que sean capaces de liberar dopamina y eliminar trastornos motores producidos por el mal de Parkinson, padecimiento crónico degenerativo que afecta a 500 mil personas en México.

Jorge Aceves Ruiz, profesor emérito del Centro de Investigación y Estudios Avanzados (Cinvestav), detalló que la dopamina desempeña una función crí­tica en el funcionamiento del cerebro.

El cientí­fico dijo que contra esta enfermedad la ciencia apuesta por la neurogénesis, proceso que involucra la generación de neuronas a partir de células madre o troncales.

El especialista diseñó, junto con Daniel Martí­nez Fong, un método prometedor no viral —sin riesgo de causar tumores— de inserción a las neuronas del gen para BDNF, con el fin de multiplicar y realizar una diferenciación de las células madre hacia el fenotipo dopaminérgico y así­ recuperar las neuronas perdidas.

“Hemos encontrado que la transfección del gen para BDNF, en asociación con la activación crónica de los receptores a dopamina del tipo D3, logra regenerar las neuronas perdidas y eliminar los trastornos motores producidos por la enfermedad”, afirmó Aceves.

Investigación

Los cientí­ficos realizaron diversos modelos experimentales en etapas tempranas y avanzadas de párkinson con ratas y, en cada uno, los resultados preliminares demostraron efectividad para restablecer las neuronas dopaminérgicas, además de eliminar la rigidez motora y los trastornos posturales y de marcha.

Incluso, comentó el experto, lo mismo ocurrió en modelos expuestos durante seis meses a vapores de manganeso, un mineral que genera mal de Parkinson en quienes trabajan en la fabricación de acumuladores para autos.

También resaltó que ahora el propósito es escalar la investigación en algún modelo de primate y después en humanos, ya que los resultados han sido muy alentadores. Los cientí­ficos pretenden asociarse con especialistas mexicanos o extranjeros que trabajen con estos animales y probar el tratamiento.

Aceves, que ha liderado varios estudios sobre la dopamina por más de 30 años, dijo que también desarrollaron un modelo de la enfermedad para entender cómo la pérdida de dopamina produce los trastornos motores y cómo elimina los sí­ntomas al recuperarlo.

“El estudio, que en breve será publicado en revistas cientí­ficas, también ayuda a saber qué hace la dopamina en un individuo sano y qué deja de hacer en alguien con el padecimiento” enfatizó.

La dopamina

Aceves explicó que la dopamina emplea cinco distintos receptores (macromoléculas) localizados en los diferentes núcleos de la base del cerebro, que al ser activados dan lugar a la estimulación o inhibición de las neuronas. Este transmisor está muy relacionado con el miedo, la angustia y el placer; sin embargo su escasez desarrolla el mal del Parkinson y su exceso conduce a la esquizofrenia.

Los sí­ntomas del párkinson motores inician con un ligero temblor de la mano, y en todo el cuerpo cuando los trastornos progresan, hasta llevar al derrumbe de todos los movimientos por la pérdida mí­nima de 80 por ciento de las neuronas dopaminérgicas, de acuerdo con el investigador del Cinvestav, Unidad Zacatenco.

Hasta la fecha distintas maneras de controlar la enfermedad. Una consiste en evitar las disquinesias (movimientos involuntarios) generadas por L-Dopa, un fármaco eficaz y disponible para remplazar la dopamina, pero involucrado en la aparición de esos sí­ntomas después de cuatro o cinco años de tomarlo.

Otra alternativa es el Pramipexol, otro medicamento que ayuda a controlar las alteraciones por mal del Parkinson, que en un tiempo similar también tiende a comportarse en forma “agonista”.

“Si logramos evitar las disquinesias causadas por L-Dopa o impedir la pérdida gradual de eficacia del Pramipexol, se habrá resuelto el problema del párkinson, aunque la recuperación de neuronas perdidas mediante neurogénesis es la mejor opción”, concluyó Aceves.

El proyecto, que es financiado por el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnologí­a (Conacyt), también propone estudiar el tratamiento para reducir la ansiedad y la depresión causadas por el mal de Parkinson.

Implante, la técnica actual

En México la técnica médica más avanzada para controlar el Parkinson es el implante de un neuroestimulador, que consiste en colocar chips de un milí­metro en cada hemisferio del cerebro.

Ramiro Pérez de la Torre, neurocirujano del Hospital de Especialidades del Centro Médico Siglo XXI, explicó que durante la cirugí­a se requiere que el paciente se encuentre despierto mientras efectúan dos perforaciones de un centí­metro para colocar los dispositivos en el cerebro. Cada dispositivo enví­a impulsos eléctricos, con lo que se contrarrestan tanto los movimientos involuntarios como la rigidez extrema causada por el padecimiento.

Agustí­n Sánchez, paciente del IMSS, es uno de los beneficiados con esta técnica que tiene un costo de 500 mil pesos. Fue dado de alta hace unas semanas luego de que llegara en silla de ruedas por la imposibilidad de mover sus piernas

“Si antes tení­a una esperanza de vida de 10 años, ahora con esta operación tengo para otros 10”, comentó el paciente.

El neurocirujano Ramiro Pérez de la Torre explicó que, aunque el Parkinson todaví­a es una enfermedad incurable, con esta técnica los pacientes incapacitados pueden rehacer su vida cotidiana.